• Nación

Cuando cambiar de opinión NO es de sabios

  • Municipios Puebla
AMLO se aleja cada día más de los modelos de democracia, donde los servidores públicos son civiles experimentados, que usualmente compiten por las plazas

“Who do you think you are?

Runnin' 'round leaving scars

Collecting your jar of hearts

Tearing love apart

You're gonna catch a cold

From the ice inside your soul

So don't come back for me

Don’t come back at all.”

CHRISTINA PERRY

Vuelcos de 180 grados

Pasamos de un rechazo absoluto al militarismo por parte de la 4T, empezando por el presidente López Obrador —el primero en decir que enviaría al ejército a los cuarteles—, a abrazar la práctica.

Un mandatario que es capaz de violentar la Constitución en aras de darle más fuerza a la Sedena y hacer que la Guardia Nacional dependa en su totalidad de esa secretaría.

¿Cambió de opinión López Obrador respecto a las Fuerzas Armadas de México? Habría que ver todo lo que le ha sido encomendado a estas y analizar ese viraje en la forma de pensar del tabasqueño.

Su iniciativa para que la GN dependa de la Secretaría de la Defensa ha sido aprobada (gracias a la mayoría simple de Morena, Verde, PT y un despistado panista) en la Cámara de Diputados sin cambiarle ni una sola coma. ¿Ocurrirá igual en el pleno del Senado? Poco importa que la Constitución quede burlada.

No es de sabios

Ante la pregunta expresa de si había cambiado de parecer al respecto de los militares desempeñando funciones de seguridad pública, AMLO aceptó que sí, que había cambiado. El refrán reza: es de sabios cambiar de opinión, mas hay veces que el reverso aplica. Máxime cuando, con el cambio de parecer, se elige la peor opción o se siembra un retroceso.

Con esta aceptación directa, López Obrador se aleja cada día más de los modelos de democracia, donde los servidores públicos son civiles experimentados, que usualmente compiten por las plazas. Lo cual da una seguridad en el servicio público y gobierno más allá del presidente en cuestión. Acercándose de manera peligrosa a gobiernos que fueron elegidos en algún momento de manera democrática, pero que cada día se asemejan más a dictaduras donde solo se escucha la voz del dirigente y donde el batir de los tambores tiende a opacar cualquier indicio de libertad o manifestación.

Los países autoritarios (de derecha o izquierda) tienen la mala práctica de tener al ejército en las calles. Regímenes liderados por todo menos sabios.

Dar cuenta de los motivos

Si el mandatario cambió de opinión o, como considera Raymundo Riva Palacio en una de sus más recientes columnas, no cambió de opinión y todo lo que hace es con la intención de desvirtuar al ejército y dinamitarlo desde dentro; sea la motivación empoderarlos o destruirlos, como sea se corre el riesgo que estas Fuerzas Armadas sumamente fortalecidas se le rebelen a López Obrador. También a los próximos ejecutivos federales, ya que se ve complicado que los militares quieran soltar el presupuesto que se les ha asignado (y que continúa incrementándose) y dejar el poder de decisión que han adquirido.

A lo anterior se suma que el mecanismo usado por López Obrador para concretar su propósito es ilegal y cero democrático. Obviar cambiar la redacción en la Constitución; vapulear la Carta Magna al no reformarla (no le dan los legisladores); abrazar, ahora, una propuesta alternativa del PRI; denostar a los legisladores de oposición.

La maroma suprema

Pero más allá del dilema de si AMLO cambió de opinión o es una forma “refinada” de deshacerse del ejército (si ellos los permiten, claro está) lo cierto es que, mientras sucede una u otra cosa, la siguiente pregunta es relevante: ¿entonces tenía razón Felipe Calderón? Porque si es así (y así se entiende con todo lo que se ha observado), tal vez sería buena idea que el presidente López Obrador actuara con honestidad por lo menos una vez en su vida.

Ya no deberían llamar la atención las contradicciones del primer mandatario —es más, se podría hacer un compendio con las mismas—, pero no quita que en este caso en específico le da la razón al ex presidente por aquello de sacar al ejército de sus cuarteles y dejarlo en las calles.

No han faltado los que han intentado justificar las veleidades (o golpes de timón) de López Obrador, sobre todo frente al sexenio calderonista. Pero el problema de ello no es que las justifiquen o no, sino del daño institucional que ha ocurrido en el país en el proceso.

Otro no sabio, pero sí sabiondo

Pero no solo López Obrador ha cambiado de opinión para mal. Los otros no sabios son Alejandro Alito Moreno y compañía.

Prefirió el líder del PRI terminar la alianza ‘VaXMéxico’ para el 2023 y 2024 que seguir escuchando a Layda Sansores en sus ‘Martes del Jaguar’.

¿Por qué cambió de opinión?, ¿se le procesaría?, ¿qué conoceríamos de él? ¿Ameritaban cobijar la iniciativa presentada por la diputada Yolanda de la Torre (PRI), la conferencia de prensa dada por Alito y la reacción de “Va x México”?

El Alto Tribunal y los 11 sabios

Hay ocasiones en que lo que es de sabios es NO cambiar de opinión, no extralimitarse en sus funciones, no violar la ley como lo hace AMLO a cada oportunidad.

Así la inminente resolución de los ministros de la SCJN al respecto de la figura de la prisión preventiva oficiosa. Al menos hubo coherencia en sus exposiciones y claridad en sus posicionamientos. Nos explicaron a todos porqué resuelven como resuelven. La ley debe modificarse, dicen claramente, pero no son ellos los autorizados para hacerlo.

Columna de Verónica Malo en SDP Noticias

Foto Cuartoscuro

clh

municipios_interiores: 

Encuesta

¿Usted ha recibido apoyos del gobierno del estado en el último mes?