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Las 11 preguntas que explican por qué la guerra sucia contra AMLO no cesa

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Ya entenderán el PRI y el PAN y su líder real, Claudio X, González, que para ganar el apoyo de la mayoría deben olvidarse de las calumnias y las bajezas contra la 4T

Javier Treviño ha hecho preguntas interesantes en su columna “La campaña permanente de la 4T”. Las voy a reproducir aquí expresadas con mis propias palabras.

Antes de hacerlo diré que Treviño empieza narrando que en 1997 “el politólogo británico Anthony King trató de averiguar por qué los políticos estadounidenses hacían demasiada campaña y gobernaban tan poco”.

Ahora las preguntas que sin duda plantea el texto del columnista —añado respuestas más o menos breves que doy a cada una de ellas—:

1.- ¿Por qué quienes hoy gobiernan México siempre están en campaña? Respuesta: No tienen opción, tal como quedará demostrado más adelante.

2.- ¿Acaso murieron los escrúpulos? Respuesta: Esta es la sencilla, pero falsa conclusión a la que llegará la gente que rechaza al presidente López Obrador; gente a la que molesta el hecho de que Andrés Manuel defienda a su gobierno y a su persona.

3.- ¿La campaña permanente es un sentido pragmático de AMLO, que no tuvieron los presidentes anteriores, para poder dar continuidad a sus proyectos? Respuesta: Sin duda es así. Andrés Manuel, sin falsas modestias, sabe que él tiene la fuerza que se necesita —adquirida en décadas de activismo— como para detener a cualquier grupo político o económico, por poderoso que sea, que intente destruir a la 4T. Pero, sin menospreciar a nadie, sabe que el próximo presidente o presidenta de México, por más que gane las elecciones de 2024 representando a Morena, podría ser atacado fácilmente si su triunfo no lo lograra con una mayoría suficientemente clara. Esa mayoría, en el poder legislativo, inclusive controlaría al sucesor de AMLO si se diera el caso de que el siguiente titular del poder ejecutivo se dejara seducir por los gigantescos intereses financieros y mediáticos que harán todo lo que puedan para recuperar privilegios perdidos.

4.- ¿Debieron haber hecho lo mismo los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuyos partidos no solo perdieron las elecciones presidenciales en 2012 y 2018, sino que ni siquiera quedaron en segundo lugar? Respuesta: Creo que Calderón y Peña realizaron bastante campaña —sobre todo con publicidad pagada en los medios—, pero no fueron hábiles para contar una historia de futuro que cautivara a la sociedad; entonces, cuando llegó la hora del relevo en la presidencia, fueron fácilmente derrotados. En este sentido debe reconocerse la creatividad de AMLO que a todos nos tiene encantados con la carrera de las corcholatas Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López.

5.- ¿Si Enrique Peña Nieto, por ejemplo, hubiera estado en campaña permanente, el PRI habría obtenido en 2018 algunos pocos más legisladores, lo que habría dificultado a Morena reformar tantas leyes, con lo que seguiría viva por lo menos una de las reformas estructurales del pasado sexenio —recordemos que en la 4T todas murieron—? Respuesta: Pudo haber ocurrido así si los priistas y sus socios del PAN hubieran tenido más potencia electoral; no la tuvieron.

6.- ¿Deberíamos estar preocupados los mexicanos si lo anterior significa que hacer campaña y gobernar son actividades que están fusionadas? Respuesta: Por el momento no hay otra manera de defender a un gobierno, sobre todo si a diario recibe ataques tan canallas; es el caso de la 4T, sin duda.

7.- ¿Es conveniente que la campaña permanente de la 4T haya convertido al gobierno en una institución plebiscitaria y reactiva? Respuesta: Insisto, ello era inevitable para la defensa de un proyecto que ha sido combatido con una saña nunca vista.

8.- ¿En la ininterrumpida campaña de AMLO y quienes colaboran con él se le dice a la gente lo que quiere oír o se le habla con la verdad? Respuesta: A la sociedad mexicana la 4T le cuenta su versión de los hechos, esto es, su propia verdad. Sería absurdo que el gobierno de López Obrador difundiera versiones de la realidad que no comparte. Cuando Andrés Manuel lee tuits o columnas que lo atacan, lo hace solo para refutarlas.

9.- ¿Las campañas presidenciales adelantadas de la 4T pueden darse porque el presidente y las corcholatas asumen que hay una oposición leal, cuyos líderes no muestran ni ambiciones sediciosas ni pretenden consumar una traición al Estado? Respuesta: Creo que AMLO y Morena asumen lo contrario: que la oposición no es leal, sino sediciosa y traicionera, y no por asuntos como la reforma eléctrica, sino por la enorme cantidad de mentiras y calumnias que circulan en redes sociales y medios de comunicación contra el presidente y su gobierno y hasta contra su familia. Un ejemplo, un tuit que ha circulado de un supuesto intelectual o periodista serio, José Antonio Crespo, quien de plano acusa a AMLO de asesinar periodistas. ¿Se disculpará Crespo por esta calumnia? Una pena que él se haya puesto al servicio de la fábrica de infundios de Claudio X. González, quien desde hace algunos años es el verdadero jefe del PRI y del PAN.

10.- ¿Por qué la campaña permanente si la esencia de la campaña electoral es necesariamente antagónica, esto es, lo opuesto a lo que debería caracterizar a cualquier gobierno: la colaboración con todos los sectores? Respuesta: La campaña permanente de la 4T la veo como defensa ante la guerra sucia contra AMLO que no para desde antes de 2006.

11.- ¿La campaña presidencial adelantada destruye valor público o es la mejor estrategia que tienen para que las reformas de la 4T no desaparezcan después del 2024? Respuesta: Sin duda es una estrategia para que la guerra sucia permanente no destruya al actual gobierno —por los videos que circula la oposición pareciera que estamos de nuevo en 2006 cuando se atacó miserablemente a AMLO con lo del “peligro para México”—. Pienso que si la 4T se sostiene al menos un sexenio más —con la condición de que sea presidente o presidenta alguien con auténticas convicciones, esto es, que no se vaya a entregar a los poderes económicos—, a partir del próximo gobierno construiremos entre todos una nueva normalidad. Desde luego sin renunciar a cierta dosis muy democrática de antagonismo, la nueva normalidad estará basada en la cooperación surgida de la resignación de líderes opositores que cambiarán de estrategia. Entenderán el PRI y el PAN y otros partidos contrarios a la 4T algo elemental: que para ganar el apoyo de la mayoría deben olvidarse de las calumnias y las bajezas como la mencionada del analista Crespo, seguramente auspiciada por Claudio X., y concentrarse en la construcción de proyectos racionales que convenzan a la gente.

Columna de Federico Arreola en SDP Noticias

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