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Pasantes de medicina narran violencias que viven en las comunidades, el caso de Eric no es aislado
Viernes, Julio 22, 2022 - 11:21
Es frecuente que se reporten casos en los que escuchan las balaceras y lo único que pueden hacer es encerrarse en las clínicas
Eric Andrade Ramírez, pasante de medicina de 24 años, fue asesinado el viernes pasado, 15 de julio, mientras atendía a dos pacientes en una clínica de Pueblo Nuevo, en el estado de Durango.
El caso de Eric no es un hecho aislado, aseguran estudiantes de medicina en servicio social de diferentes estados, quienes han vivido violencias y luchan ahora por integrar un movimiento nacional que las visibilice y genere una mejora en las condiciones en las que realizan sus pasantías.
“Queremos que la población sepa que el caso del compañero Eric no es un caso aislado. Solo que es muy difícil denunciar. Hay miedo a los grupos criminales, pero también a las autoridades porque nos amenazan con que no nos vamos a titular. Hasta de reportar acoso de pobladores o de los pacientes hay temor, porque después si no te mueven del lugar, te quedas en mucho riesgo”, dice una pasante de Durango, quien prefiere el anonimato.
Derivado del asesinato de Eric Andrade se han intensificado los reportes de violencia verbal y los casos de riesgo por parte de los pasantes quienes intentan conformar un movimiento con otros estados para visibilizar esto, informaron Eva Pizzolato, representante de la Asamblea Nacional de Médicos Pasantes, y Andrés Castañeda, coordinador del Colectivo de Médicos en Formación.
“Hemos recibido reportes por violencia en estados no solo del norte, también en Michoacán, por ejemplo, donde hay compañeros que reportan que llegan integrantes de grupos criminales a tomar los lugares y hasta se meten a sus casas. También hay casos en los que los secuestran por atender a policías a los que el crimen organizado quiere eliminar o para atender a sus propios compañeros”, señala Castañeda.
Es frecuente también, dice, que se reporten casos en los que los pasantes escuchan las balaceras y lo único que pueden hacer es encerrarse en las clínicas.
En una comunidad de Michoacán, esto le ocurrió a una médica en servicio social, quien realiza su pasantía y cuenta: “Yo estoy en la cabecera municipal, pero a unos 20 minutos hay un pueblito. Hace unos meses, un día en la mañana estaba yo en la clínica, salí por un paciente y vi mucho humo. Lo primero que pensé fue que era un incendio, pero los mismos pobladores me dijeron, no, doctora, ya llegaron los malos”.
En los hechos, narra la pasante de medicina, grupos del crimen organizado asesinaron a personas y saquearon y quemaron casas. “Al rato de que vimos el humo, empezaron a pasar helicópteros de la Guardia Nacional y por la tarde, la familia de una compañera nos confirmó que los malos habían quemado casas y matado a personas”.
La pasante habló con el responsable de la clínica, preocupada sobre todo por las guardias nocturnas que le toca hacer. “Yo me quedo los fines de semana en la noche, le dije que qué iba a hacer si un día llegaba a tocarme gente armada para que los atendiera, me dijo que no pasaba nada, que solo me encerrara y ya”.
La joven acudió entonces a la jurisdicción sanitaria para quejarse, pero solo encontró como respuesta que así era el servicio social, riesgoso, y que si pretendía que la cambiaran a otro lugar, no era solución porque en muchos lados estaba igual.
“Yo ni siquiera quería que me cambiara de lugar, solo pedía que equiparan bien la clínica, porque si llega gente armada a pedir el servicio y no hay con que atenderlos, se enojan y nos ponemos en mucho riesgo”.
Pizzolato comenta que hay compañeras pasantes en mucho riesgo, justo porque están solas en las clínicas y la infraestructura para mantenerlas a salvo es deficiente. “Tenemos el reporte de una pasante que nos dice que la chapa de la puerta del cuarto donde debe dormir no tiene chapa, solo un alambre, así que prefiere dormir en la clínica, donde por lo menos hay cerradura”.
Al tener que vivir en las comunidades, muchos pasantes quedan a disposición de la gente las 24 horas del día, todos los días de la semana y eso también los pone en alto riesgo.
“Llega la gente con una emergencia y llegan desesperados. Los pasantes no tienen material o insumos para atenderlos y se enojan. Eso ha pasado siempre, solo que ahora la gente está armada y los pasantes están en mucho peligro, no solo frente a los integrantes del crimen organizado, también frente a los pobladores”, asegura Castañeda.
Y es que, además, hay casos en los que las y los pasantes están solos en las clínicas, sin un personal médico titulado que los guíe. “Los usan para suplir los puestos que deberían ser de un médico general adscrito. Se ahorran esos sueldos porque les pagan muy poco de beca. Y no hay nadie que los guíe. En el servicio social, los pasantes aprenden a costa de la gente de menores recursos”, dice el coordinador del Colectivo de Médicos en Formación.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, en 2021, en 1,586 clínicas del país de esta dependencia (11% del total, que son 14 mil 216), ubicadas en las comunidades más pobres y alejadas, todo el personal médico eran pasantes, no se contaba con médicos titulados.
A raíz del homicidio de su compañero Eric Andrade y con todo lo que enfrentan en el servicio social, las y los pasantes han empezado a organizarse.
Se han realizado marchas y protestas en Durango junto con pasantes de otras entidades, como Coahuila, Zacatecas, Veracruz, Oaxaca y Ciudad de México.
“Estamos en charlas, intercambiando información, diseñando pliegos petitorios. Nos está apoyando la Asamblea de Médicos Pasantes y el Colectivo de Médicos en Formación para generar un movimiento nacional. Queremos que la gente sepa que no es que no queramos atenderlos en las comunidades alejadas, es que ni tenemos con qué, muchas veces no hay ni material de sutura para quienes trabajan en el campo y llegan con una herida por alguna herramienta”, dice la pasante de Durango.
Y agrega: “sabemos que se requieren muchos cambios y que algunos van a implicar tiempo porque incluso habría que cambiar la legislación, pero por lo pronto pedimos que se retire a los pasantes de las clínicas que no están bien equipadas y no tienen una infraestructura adecuada, a veces no hay ni cerraduras en las puertas y las bardas con un brinco se saltan”.
Pero la pasante dice que sobre todo piden justo que esas clínicas se equipen bien, para que ellos puedan realizar su labor. “No pedimos solo seguridad para nosotros, también atención digna para la gente”.
Pizzolato también dice que se está pidiendo que se contrate a personal titulado en todas las clínicas y para todos los turnos, en lugar de usar a los pasantes para llenar estos espacios. Otra demanda es que se reduzca el tiempo de servicios social. “Los médicos hacemos un año de servicio cuando en todas las otras profesiones solo dura seis meses”.
Una petición más es el aumento en las becas, que van de los 2 mil 200 a los 3 mil 500 al mes, dependiendo de que tan alejada y marginada esté la comunidad donde se realiza la pasantía.
Finalmente Pizzolato concluyó diciendo que “Lo que se les está pidiendo a los médicos pasantes es que elaboren un pliego petitorio por estado y lo lleven a las autoridades educativas y de salud. A nivel federal pretendemos contactar con la Secretaría de Salud, ya con todas las exigencias recabadas, también con la Secretaría de Educación y con el poder legislativo para que se inicien los procesos necesarios para mejorar las pasantías”.
Foto: Yahoo, vida y estilo
LSM