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Dalila con Sansón a las patadas. Los transportistas y el aumento a la tarifa
“De todas las leyendas acerca del cabello que han llegado hasta nuestros días, la que más me fascina por la doble interpretación a la que se expone es la leyenda de Sansón y Dalila. Por un lado se puede entender el personaje de Dalila como una mujer malvada y sin escrúpulos que es capaz de seducir a Sansón y hacerle perder toda su fuerza, dejándolo de esta manera caer en manos de su enemigos. Y por otro lado podemos ver a Dalila como una mujer pacífica que consigue derrotar al todopoderoso Sansón con el solo acto de cortarle el pelo.
En los capítulos 13 al 16 del libro de los jueces del Antiguo estamento de la Sagrada Biblia se cuenta la historia del más famoso juez de Israel: Sansón. Consagrado desde el vientre de su madre para ser un líder del pueblo elegido por Dios, y dotado de una fuerza espiritual y física sobrehumana, era capaz de destruir templos y ejércitos con el sólo poder de su brazo.
Sansón, cuyo nombre bien puede venir de la palabra hebrea “shemesh” que significa “pelo”, fue el hombre fuerte mítico por excelencia, sujeto únicamente a una condición, a un recordatorio divino: su magnífica melena debía permanecer intacta. Su descomunal fuerza se desvanecería inmediatamente si esta fuese cortada.
Pero un peligroso enemigo carente de armas y fuerza física, una seductora filistea llamada Dalila, le venció. Designada por el sumo sacerdote del culto del Dagón para enamorar a Sansón y arrancarle su secreto, consiguió que este olvidase su misión divina revelándole el secreto de su misterioso don como prueba de amor. Dalila le cortó el pelo mientras dormía, arrebatándole con este acto el poder de su fuerza.
Aunque la historia de Sansón fue la base de la creencia de que una larga cabellera equivale a vigor y valentía, en ocasiones ha predominado la idea contraria: una cabeza rapada como símbolo de fuerza y combatividad”.
RAMÓN GRIMALT, ‘CUIDEMOS DE NUESTRO PELO’
‘Cría cuervos y te sacarán los ojos’. Dicho refrán bien podría actualizarse a algo así como: ‘cría cuervos y ¿te quitarán la Presidencia?’…
Tanto el refrán como la leyenda que reproduzco en el epígrafe vienen al cuento por lo que está sucediendo hoy en día en Ciudad de México.
Una ciudad colapsada —como ocurría no hace muchos años— debido a que diversos grupos de transportistas bloquearon las principales avenidas de la capital. Estos solicitan se apruebe un considerable aumento a la tarifa del transporte público concesionado (de ahí que los incrementos a los precios deban ser aprobados por la autoridad).
Mientras la agrupación Fuerza Amplia de Transportistas (FAT) sostiene que hay un acuerdo para subir la tarifa y que, en mayo, el secretario de gobierno de la CDMX, Martí Batres, se comprometió a ello, este lo niega. El funcionario señala que semejante acuerdo no se dio ya que su encomienda es la de proteger la economía de los citadinos.
Más allá de dimes y diretes de estos actores, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum dio a conocer ayer diversos argumentos que se pueden resumir en tres aspectos fundamentales:
- En años recientes, a los transportistas se les han dado apoyos; ellos no han correspondido con mejoras y regularización en el servicio y en las unidades.
- Los montos de aumento solicitados para las tarifas no son aceptables.
- No se puede ni se debe tomar una ciudad y desquiciarla.
Me parece que estos razonamientos son válidos, mas lo importante es saber cómo se piensa hacerlos prevalecer. ¿Imperará ‘la Dalila’, jefa de gobierno de la CDMX, malvada y sin escrúpulos o la pacífica estratega? Y, el Sansón, ¿mostrará músculo y furia o caerá rendido?
Independientemente de lo anterior, debiera ser de honestidad de la autoridad capitalina, comenzando por la de la propia Claudia Sheinbaum, aceptar que la situación de secuestro en la que se encuentra la gran metrópoli capitalina es resultado de irregularidades añejas gobiernos lopezobradoristas crearon, solaparon y dejaron crecer durante décadas. La forma en que se daban y mantenían las concesiones convirtieron, a quienes viven de ellas, en una clientela que ahora se le enfrenta al gobierno encabezado por Sheinbaum.
Las mismas clientelas político-electorales que no mucho antes el obradorismo usaba para desestabilizar a los gobiernos federales.
La capital del país —como el pueblo de Israel en tiempos bíblicos— sufre del poderío del moderno Sansón. Ayer, los transportistas desquiciaron CDMX; el paro afecta gravemente a automovilistas y a la población que utiliza los medios concesionados en paro.
Si bien las vialidades fueron desalojadas, los transportistas amagan con nuevas movilizaciones. Total, ya se conocen bien el camino para conseguir lo que buscan… ¡Menudo problema para Claudia Sheinbaum y para los capitalinos!
Pero, por lo mismo, dentro de esta zozobra, es momento en que tanto los habitantes de la capital como la población del país en su conjunto podamos ver de qué está hecha Claudia Sheinbaum y cuáles son sus tamaños para gestionar, ejecutar y hacer prevalecer la razón y el bien común en CDMX y áreas conurbadas. Porque son este tipo de problemáticas —y los mecanismos para resolverlas— las que son realmente significativas en la administración pública. No las otras vaciladas de operación que vemos a diario, las cuales únicamente califican como actos de campaña.
¿Estaremos ante la versión reeditada de ‘abrazos no balazos’ para los transportistas? Francamente espero que no.
Claudia Sheinbaum, como jefa de gobierno, ya lamentó el paro de los transportistas y logró que este durara menos de lo que se podía haber previsto. Ahora tendrá que sortear y arreglar lo que los rijosos ya avisaron harán a continuación…
Los transportistas amagan con un nuevo paro si no logran acuerdos con el Gobierno de la Ciudad de México, entre ellos el aumento de 3 pesos a las tarifas del transporte público. Claudia Sheinbaum y su equipo tendrán que conseguir que a cambio de una ‘tarifa digna’ exista un transporte también digno.
El Gobierno de la CDMX está siendo extorsionado por diversos grupos de transportistas. ¿Hará este algo distinto a rociarlos de dinero y pactar con ellos acuerdos inconfesables como se ha hecho tantas otras veces?
Pronto veremos si es a transportistas, a autoridades o a ciudadanos a quienes toman el pelo y lo que esto pudiese significar en un contexto de sucesión presidencial adelantado.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
Foto SDP
clh