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Triunfo para AMLO… colmado de irregularidades
Contadas veces en la historia de la democracia mexicana un ejercicio electoral ha estado tan colmado de irregularidades como lo fue la consulta de revocación de mandato. AMLO, Morena y sus gobernadores, a pesar de conocer de antemano las prohibiciones impuestas por la Ley en relación con la propaganda durante el periodo de veda, violaron sistemáticamente la norma, en una claro desafío contra el INE y contra el derecho vigente.
Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y el propio AMLO, en un ostensible desdén hacia la ley, no escatimaron en hacer campaña electoral durante la veda electoral. Más recientemente, en otro acto ilegal, Mario Delgado protagonizó otro escándalo tras habérsele visto en una camioneta ofreciendo viajes hacia las casillas. Uno especula que dentro del transporte, antes o después del trayecto, los operadores de Morena habrían entregado dádivas y despensas para que los viajeros votasen a favor de la permanencia de AMLO en el cargo.
A pesar de todas estas irregularidades (más cínicas que las tarjetas Monex de 2012 que llevaron a AMLO a no reconocer inmediatamente su derrota ante Enrique Peña Nieto) la consulta ha sido un éxito para el presidente. Lo fue, empero, y aquí sí que conviene poner el acento, en términos de lo que el jefe del Estado interpreta como éxito, es decir, como el triunfo de la narrativa de la 4T. Su victoria con más del 90 por ciento de los sufragios, no obstante con la irrisoria participación de menos del 20 por ciento del padrón (es decir, menos de 2 cada de 10 mexicanos inscritos acudieron a las urnas) le servirá para buscar legitimar sus próximas reformas constitucionales, y muy concretamente, sus ansiadas reformas eléctrica y electoral.
El INE, por su parte, cumplió cabalmente con sus deberes constitucionales. Dirigió, en tanto que autoridad electoral, medidas cautelares contra los actores que quebrantaron la veda electoral, e hizo públicos las innumerables violaciones a la ley por parte de los principales actores de Morena. Ello sirvió de excusa para que Claudia Sheinbaum y el resto de los gobernadores del partido oficial tildaran a la autoridad electoral como organismo parcial. Sin embargo, ha quedado claro, a pesar de las diatribas en su contra y de los recortes presupuestales, de que el INE es un aliado de la democracia mexicana.
En suma, la consulta de revocación de mandato ha sido un éxito para AMLO en su propia interpretación. En este contexto, recordemos que no se trata de una victoria electoral, pues el presidente recibió la mitad de los votos de 2018, y aun más, las acciones ilegales de Morena apenas convocaron al 18 por ciento del padrón. Se trata, empero, de un éxito para la narrativa de AMLO, y con ello, mucho le dará de qué hablar en las mañaneras para un buen rato. Ya empezó ayer… y continuará.