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Guerrero: ¿el Waterloo de la cuarta transformación?

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El viernes de la semana próxima tomará protesta como gobernadora de Guerrero Evelyn Salgado Pineda. No hay en el país otra entidad que implique mayor desafío. Los niveles de violencia que se experimentan en el resto del país, siendo extraordinarios, no se comparan con el horror que padece la población de este estado.

El cambio de gobierno tiene exacerbados los ánimos de la principal región productora de heroína en el hemisferio americano.

Un negocio que vale varios miles de millones de dólares está en disputa y la sucesión política resulta un catalizador visible del conflicto.

Una estampa de esta realidad comenzó a circular en la plataforma YouTube el pasado martes 28 de septiembre, cuando un grupo criminal autonombrado como el cártel de la Sierra reunió en un paraje, cerca de Iguala, a una veintena de individuos.

Hincadas y maniatadas, las víctimas, presuntamente pertenecientes a Guerreros Unidos, fueron torturadas, interrogadas y asesinadas mientras sus victimarios grababan la escena.

Horas después de esta filmación, los restos desmembrados de cuatro de estos individuos fueron hallados dentro de un vehículo abandonado fuera de las oficinas de campaña del nuevo presidente municipal de Iguala, el priista David Gama Pérez.

Una semana más tarde, el mismo cártel de la Sierra subió otro video en el que de manera explícita reiteró sus amenazas contra el edil de Iguala:

“Siéntate a arreglar con los dueños de la plaza, si no, uno por uno irán cayendo. Se te está acabando el tiempo, no arriesgues a la gente…  porque ellos serán afectados por tus putos arreglos”, reza un fragmento del mensaje.

El cártel de la Sierra está comandado, según fuentes locales, por Onésimo Marquina Chapa, quien desde 2020 habría organizado un cuerpo de policía “comunitaria” para el municipio de Tierra Caliente General Heliodoro Castillo.

En la realidad, a partir de este cuerpo de seguridad Marquina protegería el negocio millonario de la amapola y también velaría por el lucrativo trasiego de fentanilo que ingresa a través de las costas de Guerrero y viaja hasta Estados Unidos.

Con este mismo modelo de control territorial el cártel de la Sierra estaría buscando gobernar el municipio de Iguala. Sus líderes acusan al nuevo edil de sostener una presunta alianza con la organización Guerreros Unidos, la cual fue señalada, hace siete años, de haber participado en la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. En la actualidad la organización Guerreros Unidos, también conocida como La Bandera, estaría liderada un sujeto de nombre Jesús Brito, alias Chuy Brito.

No es comprensible que después de tantos años de flagelo criminal en esta región de Guerrero, las cosas continúen empeorando El agravamiento, sin duda, tiene que ver con la relevancia del negocio de la heroína, por mucho el más importante para Guerrero.

Las vidas humanas son insignificantes, así como los desplazamientos, el terror que viven las poblaciones, la miseria que impone la ley criminal, el desmembramiento de las comunidades o la exhibición de desgobierno que padece cotidianamente el Estado mexicano.

La misma madrugada en que aparecieron los cadáveres en Iguala, frente a la oficina del edil David Gama, ardió en llamas en Acapulco la discoteca Baby’O, un sitio emblemático de la tradición nocturna en ese puerto turístico.

Sería ingenuo suponer que este hecho está desconectado de la feroz disputa por Guerrero. Quiso el presidente Andrés Manuel López Obrador poner en duda la participación del crimen organizado en este incendio. Sin embargo, pronto circularon imágenes, también en las redes sociales, dónde varios sujetos rociaban el lugar con un líquido inflamable antes de prenderle fuego.

A este hecho violento se sumaron otros, como ejemplo, la imagen carbonizada de un autobús de pasajeros abandonado en el fraccionamiento Las Playas, también en Acapulco, y una ola de asesinatos en Huitzuco y también en Chilpancingo, la capital del Estado.

Esta serie de mensajes explícitos no solo van dirigidos al edil de Iguala, a las nuevas autoridades municipales morenistas de Acapulco o a la futura gobernadora de la entidad, Evelyn Salgado.

El destinatario final es el gobierno de la República, encabezado por el presidente López Obrador. Debe incluirse como dato político la proximidad personal que existe entre el primer mandatario y el padre de la futura gobernadora, Félix Salgado Macedonio.

Estos mensajes van dirigidos a ellos tres y tienen todo que ver con plantear un arreglo conveniente para que el negocio más lucrativo de Guerrero continúe operando sin afectaciones, y tal cosa, querrían los criminales, habría de incluir un pacto monopólico a favor de ellos.

Guerrero fue el Waterloo de Enrique Peña Nieto porque ese presidente no logró jamás levantar la cara después de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. Ese hecho histórico obligaría a reflexionar sobre los desafíos que esta entidad vuelve a imponer, ahora sobre la administración de Andrés Manuel López Obrador y sus aliados locales, Félix y Evelyn Salgado.

La fórmula “abrazos, no balazos” no alcanzará para resolver la circunstancia de horror que se vive en Guerrero, mucho menos para apaciguar a las empresas criminales, cada día peor de envilecidas, las cuales ostentan una capacidad, hasta ahora imbatible, para poner de rodillas a sus adversarios.

Columna Política Zoom de Ricardo Raphael en

Ilustración Milenio

clh

 

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