- Nación
El semáforo no vale nada
Llueve, truene o relampaguee
Y no, para esta administración, la vida -la ajena- no vale nada. Nada. Más de un año de pandemia lo han demostrado. La última: el “llueve, truene, o relampaguee habrá clases presenciales en agosto” espetado por el ejecutivo federal muestra la nula importancia dada a lo que ya es la tercera ola de la pandemia en nuestro país.
Y antes de que empiecen a levantar cejas aclaro: por supuesto es deseable regresar a clases presenciales, pero no al costo de que la responsabilidad recaiga solo en los padres de familia como lo sugirió hace algunos días o que se regrese sin las medidas necesarias o, peor, a centros escolares que fueron saqueados, desmantelados, abandonados durante todo este tiempo.
La 4T insiste en adecuar la realidad a su imaginario.
¿Qué ha cambiado de mayo de 2020 a la fecha?
238 mil 316 muertos y dos millones 741 mil 983 personas infectadas son la muestra de que la vida -la ajena- importan tan poco como el color del semáforo. La zona metropolitana regresará a semáforo naranja, sí. Mas, mostrando su poca valía, se anunció el pasado viernes 23 pero entrará en “vigor” hasta el 26 de julio…
Como sucede muchas veces con los conductores en las calles de la CDMX, que esté el semáforo o que no esté, da lo mismo.
Recular a naranja en la zona metropolitana de la capital del país indica que hay un problema; que estamos en un incremento brutal de contagios. Pero trágicamente ello no vino aparejado con algún cambio en las actividades. Ni siquiera en lo principal que es el avance en la vacunación. Total, ya sabemos que 19 millones de dosis están en el limbo cortesía de los otros datos de Hugo López Gatell.
La necedad impera
Más de un año demostró que el semáforo no vale nada, y aún así se insiste en regresar a lo mismo. Pareciera que el chiste es ir para atrás.
Sobre el retorno a clases presenciales, bien podría tomarse en cuenta a la UNAM, quienes anunciaron que no las impartirán durante este semestre. Decisión basada en datos médicos y científicos, no en lo que diga el dedito de un político. Buscan, primero, que la mayor parte de su población -los jóvenes- estén vacunados. Jóvenes y niños vacunados, máxime con la nueva variante, que es a quien más ataca.
El semáforo no vale nada
No hay procesos, estudios o realidades que sustenten su valía. Se repite al infinito la propuesta del zar anti covid a pesar de su nulidad.
No se olvide jamás: ¡nunca se cerraron las actividades informales, tianguis, mercados, puestos callejeros! Nunca se realizaron pruebas de detección masivas. Nunca se establecieron horarios segmentados de movilidad de acuerdo a la edad de la población. Nunca se dio el ejemplo desde la autoridad para el uso de cubrebocas. Nunca se exigieron pruebas negativas de covid a la entrada en los aeropuertos y en zonas fronterizas como se piden en el resto del mundo. En su lugar, un cuestionario pitorro “vuela-seguro” que de nada sirve.
Eso sí, se tiene un semáforo epidemiológico que fue —y es— un pésimo termómetro de lo que ocurre allá afuera.
La decisión de no copiar de otras latitudes las mínimas medidas resultó más caro que la falsa austeridad del semáforo. Aquellas hubieran sido menos costosas en términos económicos y más efectivas en términos de salud.
El semáforo es un escándalo que hemos normalizado. Una montaña rusa de burlas sin ninguna sustancia detrás.
Nos iluminan
Las decisiones de la 4T han sido una catástrofe que no debemos olvidar. Aquí las muertes (lugar a nivel mundial) que nos iluminan el camino del fracaso que se ha trazado:
• 4º lugar en número total de muertes (OMS).
• 4º lugar en muertes por 100 mil habitantes (John Hopkins University).
• 1er lugar en muertos por cada 100 casos confirmados; la máxima letalidad (https://coronavirus.jhu.edu/data/mortality).
• 71º lugar en vacunas aplicadas por cada 100 residentes. (https://ig.ft.com/coronavirus-vaccine-tracker/).
• 3er lugar en niños huérfanos por cada mil infantes por covid (The Lancet)
Más los muertos y contagiados que se sumen esta semana.
Y es que, como el semáforo, la vida de los mexicanos no vale nada.
Columna de Verónica Malo Guzmán
SDP Noticias
Foto: Archivom
cdch