- Nación
Bienvenida la oposición
Creo que el hecho central de las elecciones de ayer domingo 6 de junio es que la oposición apareció en el escenario político. La oposición política profesional, partidaria, con poderes de gobierno y de representación otorgados por los votantes.
Vivimos la primera mitad de este gobierno sin que esa oposición existiera o como si no existiera: en un especie de realidad alterna donde solo existían el Presidente y sus emanaciones personales: el gabinete federal y la hegemonía de Morena y sus aliados sobre el Congreso, envuelto todo en el algodón de una fuerza política que parecía a la vez ubicua, temible, indesafiable.
No es que no hubiera partidos, legisladores o gobernadores de oposición. Es que no estaban presentes en la escena pública ni hacían oposición al gobierno. Se dieron por aplanados mental y políticamente por el rechazo del electorado en 2018, y por el ascenso de López Obrador, y entregaron todo el territorio al ganador.
El presidente Peña Nieto desapareció de la escena al día siguiente de la elección del 1 de julio, cinco meses antes de terminar su mandato. Los partidos de oposición que tenían mayoría de votos en la Cámara de Diputados se dejaron despojar de esa mayoría y aceptaron, sin resistencia alguna, la fabricación de una mayoría inconstitucional oficialista , que después no hizo sino pasarles encima.
El Presidente electo empezó a tomar decisiones radicales de inmediato, como desaparecer el aeropuerto en construcción, sin resistencia del gobierno saliente ni de la oposición restante, que no era poca, ni estaba tan aplanada, si se juzga por sus votos de entonces y por sus votos de ayer.
El Presidente y sus partidos ganaron ayer mucho más de lo que merecen por su desempeño, pero mucho menos de lo necesario para seguir caminando solos, sin oposición, el segundo tramo del gobierno.
El conjunto de los votos de la oposición es hoy mayoría en la República, aunque la coalición oficialista pueda tener la mayoría en la Cámara de Diputados.
El gobierno ha perdido la elección en estados fundamentales y en buena parte de Ciudad de México que gobernó, hasta ayer, prácticamente en solitario.
La oposición apareció ayer de nuevo en el horizonte de la democracia mexicana. Bienvenida.
Columna de Héctor Aguilar Camín
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