De acuerdo con datos de la Universidad de Yale, México consume un promedio de 163 litros por persona al año, un 40% más que lo que consumen en Estados Unidos, que son 118 litros por persona.

Florence L. Théodore, miembro del Instituto Nacional de Salud Pública, señaló que la ingesta excesiva de refrescos o bebidas endulzadas se asocia con padecimientos como obesidad, diabetes, derrames cerebrales, gota, asma, cáncer, artritis reumatoide, enfermedades arteriales coronarias y óseas, además de problemas dentales y de conducta, trastornos psicológicos, envejecimiento prematuro y adicción.

Por su parte, la Universidad Autónoma de México afirma que una familia mexicana destina 10 por ciento de sus ingresos para la compra de refrescos, mientras que en las comunidades rurales, siete de cada 10 niños desayunan con esa bebida.

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