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Encuentran microplásticos en 20% de pescados
En dos de cada diez pescados que consumimos en el país hay presencia de microplásticos, de acuerdo con un estudio auspiciado por Greenpeace México y el Centro para la Diversidad Biológica.
La investigación realizada por científicos de las universidades Autónoma de Baja California Sur, la Veracruzana y la Nacional Autónoma de México establece que en los estómagos de al menos 20% de los peces recolectados en el Golfo de México, Golfo de California y Mar Caribe se encontraron principalmente restos de celofán, utilizado como envoltorio de regalos, alimentos y cintas adhesivas.
Las especies de la muestra que fue analizada son vendidas localmente, como el pargo mulato, la lisa y el peto, en Veracruz, o el mero bobo, en Puerto Morelos, Quintana Roo.
El resto de los polímeros hallados por los científicos tienen diversos usos, como fibras para ropa y textiles (nylon, poliacrilato y poliéster), plástico rígido para contenedores (poliestireno y polipropileno), elaboración de equipos de pesca y material para embarcaciones (poliacrilato y polipropileno), instrumentos eléctricos (poliéster), botellas, bolsas de supermercado, empaques pequeños de un solo uso y otros contenedores de uso industrial (polietileno).
“Aunque las vísceras de los peces son retiradas para el consumo humano, podría haber una ingesta indirecta de esta contaminación,” alertó Lorenzo Álvarez, investigador de la UNAM.
La región más afectada por la presencia de plásticos en los peces es Veracruz, con un número promedio de plásticos por organismo dos veces mayor que en las otras dos regiones.
Lo anterior podría estar relacionado al mayor impacto urbano, que se traduce en una gran cantidad de residuos sólidos suspendidos, derivados de escurrimientos o descargas de aguas residuales y el mal manejo de la basura.
Por otra parte, la región que registró la menor contaminación fue La Paz, Baja California Sur, lo que puede relacionarse con su baja densidad poblacional, con respecto de las otras dos regiones y, por tanto, con una menor generación de residuos y descargas.
Investigaciones científicas recientes sugieren que estos pequeños trozos de plástico se mueven hacia la carne del pescado.
Por ejemplo, en el caso de los mariscos, éstos son el tercer contribuyente de microplásticos para el consumidor, detrás del agua embotellada y el aire.
A escala mundial se estima que los seres humanos comemos, inhalamos o bebemos hasta 74 mil piezas de microplástico al año y los mexicanos no somos la excepción.
“Aunque en la actualidad diferentes estados y municipios han tomado medidas para restringir o prohibir el uso de plásticos de un solo uso, nuestros legisladores deben poner un alto a sus contaminación desde su origen, a través de modificaciones a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, considerando la figura de responsabilidad extendida para que los productores se hagan responsables de sus residuos, y que esto deje de ser mera filantropía o maquillaje verde de las grandes corporaciones”, advirtió Miguel Rivas, coordinador de la campaña de océanos de Greenpeace México.
Por su parte, Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, hizo un llamado a los legisladores a tomar en serio el problema de la contaminación por plástico que afecta a la biodiversidad y que debe detenerse, yendo más allá de la buena voluntad de las empresas, ya que el tema no se soluciona prohibiendo solamente bolsas y popotes.
Foto: Especial
cdch