Algo muy común en padres con una recién nacida, es perforarle las orejas para ponerles aretes, pero esta práctica puede resultar peligrosa para la salud de la bebé.

Se ha creído que es mejor hacer las perforaciones cuando son bebés para que no recuerden el dolor causado, otros lo hacen para que el sexo del bebé no sea confundido, otros más por simple cuestión cultural.

Sin embargo, la Academia Americana de Pediatría recomienda no perforar las orejas de las niñas pequeñas ya que poner una pieza de metal en la oreja puede hacer que se enrede en la ropa y causar heridas sangrantes.

Otro de los riesgos es que algunos padres lo hacen a pocas horas de que la bebé ha nacido, antes si quiera poner la vacuna del tétano (que se debe colocar a los dos meses de vida), esta vacuna también debe colocarse a los 6 y 15 meses de vida, es ahí cuando los médicos recomiendan una perforación en la oreja.

Otra recomendación realizada por los expertos es que los aretes deben ser de oro y que el material a utilizar durante las perforaciones debe estar esterilizado por completo de lo contrario podría generar infección y aumentar la posibilidad de contraer hepatitis.

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