Atlixco, Pue. Toñito, como es conocido en el ánimo de los voceadores y medios de comunicación locales, porque todos los días sale en silla de ruedas de su casa en el sur de la mancha urbana para llegar al centro de Atlixco y desde ahí trazar la ruta con el objetivo de vender las noticias impresas en los diarios.

Quizá la primera parte del recorrido, la cual comienza en el bulevar Emiliano Zapata, que es uno de los más usados transitados de la mancha urbana, no representa mayor problema de movilidad porque ocupa la ciclovía que a pesar de todo y contra todo, sigue ahí, a veces se llena de tierra, a veces montada por un auto con chofer inconsciente.

Sin embargo, y hasta de manera contradictoria, al llegar al corazón de esta ciudad comienzan los problemas descritos por sus amigos y quienes de repente logran ayudarlo: “Es un martirio transitar en el lugar destinado para los vehículos por la falta de rampas o aceras en el centro de este pueblo mágico”.

El propio Toñito cuenta: “no hay rampas para las personas como yo, con discapacidad, y las pocas, junto a las banquetas quedan cotidianamente obstruidas por  el comercio informal o de plano por tumores banquetales, es decir, postes y teléfonos públicos”.

Y eso significa “arriesgar la integridad todos los días. Esto no puede seguir pasando por falta de accesibilidad”, citó el propio entrevistado. Consultados al respecto, una fuente de la dirección de vialidad local admitió que esta ciudad, a donde llegan cada vez más turistas, cumple apenas con el 20 por ciento de la infraestructura requerida por ese grupo.

dp