Huauchinango, Pue.- Desde un automóvil en movimiento y severamente golpeada fue arrojada una joven en un pastizal ubicado a orillas del Bulevar Bicentenario que sirve de acceso a la cabecera municipal de Huauchinango; mientras un hombre que protestaba por la violencia contra las mujeres fue amenazado con “echarle” a la policía por el director de Comercio y Abasto de la comuna.

Como Karen N. fue identificada la mujer que, media hora después del reporte, fue atendida por socorristas de la Cruz Roja ya que posiblemente presentaba traumatismo craneoencefálico y otras contusiones.

De acuerdo con vecinos, la joven fue arrojada cerca de una gasolinera, desde un auto en marcha, del que dijeron no haberse podido percatar de sus características y que circulaba por el bulevar Bicentenario de occidente a oriente.

La vía de comunicación es ocupada  comúnmente por personas que practican la caminata en horas de la mañana, por lo que fueron algunas de éstas las que hicieron el hallazgo, primero a la Policía Municipal y luego a la Cruz Roja, pero los elementos de ambas corporaciones arribaron al sitio una media hora después, según dijeron.

La mujer, de unos 22 años de edad, tenía diversas lesiones y estaba semiinconsciente, por lo que fue trasladada a un hospital.

Mientras que Primitivo Velázquez, residente en la colonia Santa Catarina, quien decidió realizar una solitaria protesta en el centro de la ciudad para pedir “perdón” a las mujeres por la violencia que se ejerce contra ellas, fue amenazado con echarle a la policía, por el director de Comercio y Abasto del Ayuntamiento, Héctor Lechuga Zaragoza.

En entrevista, Velázquez indicó que colocó dos lonas y una mesa en el Jardín Central  de la cabecera debido a que considera que la entidad ocupa el primer lugar en muertes violentas de mujeres, provocadas por “el machismo”.

Dijo sentirse avergonzado de lo que sucede y conminó a los varones a “ser mejores hombres” y a sumarse a su solicitud de perdón.

Sin embargo, indicó, mientras realizaba su manifestación pacífica, el director del Comercio y Abasto municipal quería impedir que se instalara y cuando había puesto una pequeña mesa, le dijo que si continuaba en ese lugar iba a pedirle a la policía que lo detuviera por estar ocupando la vía pública sin autorización.

“Yo le dije que no estaba vendiendo nada, que sólo soy un ciudadano que no puede ser indiferente a lo que está sucediendo en contra de las mujeres”, precisó.