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Realizan IBERO Puebla y Dale la Cara al Atoyac alianza social

El estudio de las condiciones de gobernanza del agua es un elemento crucial en este proyecto de investigación entre ambas instituciones.

Como bien es sabido, la gestión del agua es compleja y no ha logrado garantizar su disponibilidad y suministro para atender las demandas de la población. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) afirman que la ciudad de Puebla tiene un millón 434 mil 62 habitantes y es la cuarta en importancia a nivel nacional.

Bajo este escenario, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ de la Universidad Iberoamericana Puebla, señaló que Puebla capital enfrenta una creciente competencia por el agua que afecta la calidad del recurso, “la gestión de los servicios y la calidad de vida de la población, lo que se traduce en constante tensión e inminente descontento social”.

La especialista en materia de medio ambiente, puntualizó que en el marco de colaboración firmado en mayo pasado por parte del IIMA de la IBERO Puebla y la Asociación Dale la Cara al Atoyac, ambas instituciones presentan líneas de investigación y estrategias para determinar las condiciones pasadas y actuales de la cuenca, y plantear escenarios de cómo es que, de mantener esta tendencia, evolucionará.

“Para aterrizar este proyecto de manera concreta, la iniciativa de la IBERO Puebla y Dale la Cara al Atoyac trabajará la zona de Valle del Paraíso como un estudio de caso para la gestión del riesgo y mantenimiento de servicios ambientales. Este trabajo ilustrará el potencial que puede tener la participación comunitaria en la gestión ambiental local”, comentó la directora del IIMA.

Por su parte, Fernando Aragón Durán, académico del IIMA de la IBERO Puebla, resaltó el esfuerzo conjunto y el interés de ambas instituciones en trabajar en la colonia Valle del Paraíso, estudio de caso que ayudará a explorar, entender y explicar las zonas conurbadas que están en el río Atoyac.

Asimismo, enfatizó la visión integrada que posee la IBERO Puebla como Institución jesuita que reconoce los derechos humanos de los grupos vulnerados. “No nos restringimos a estudiar los problemas del río Atoyac desde una perspectiva tecnológica, sino también desde la mirada socioambiental para mejorar la calidad de vida de las personas”.

El doctor en planeación del desarrollo y medio ambiente recalcó la importancia de las propuestas que ambas instituciones realizarán, las cuales no sólo son de corte técnico sino también son una apuesta por un modelo urbano regional, distinto, en la cuenca.

“En un contexto de cambio climático, habrá un incremento de fenómenos naturales de manera extrema, por lo que si no entendemos esto en el cambio climático difícilmente las propuestas e intervenciones sociales podrán llevarse a cabo”, aseguró Aragón Durand.

Finalmente, Melanie Gabriel Camacho, presidenta de Dale la Cara al Atoyac, compartió las acciones que han realizado a partir de esta alianza estratégica. “Apostamos por el tema de la investigación. Con la IBERO Puebla estamos buscando soluciones viables y concretas a los problemas socio-ambientales que aquejan al río Atoyac y las comunidades que recorre”.

Asimismo, expuso que a ocho meses de la actual administración, el avance en diversos aspectos y propuestas en términos de medio ambiente ha sido limitado y muy lento. Por lo que resaltó que, en octubre de 2016, la asociación llevó a cabo un muestreo sobre la calidad del agua en cinco zonas del estado, obteniendo siete acciones.

Estas acciones inmediatas por el Atoyac son: fortalecer y endurecer acciones de inspección, destinar presupuesto para fábricas de agua, resolver la contaminación de la Central de Abasto, regulación de detergentes, resolveré descargas de juntas auxiliares, planta de tratamiento de San Martín Texmelucan, y empresarios corresponsales.

Cabe señalar que ambas instancias coinciden que, si bien es cierto que existe un problema de déficit, la problemática del agua no se reduce a aspectos técnicos, a la escasez o al aumento natural de la demanda, sino a la exclusión que provocan la pobreza, la desigualdad y el inadecuado modelo de gestión y manejo del agua al amparo del Estado, que está orientado a intereses ajenos a los de las grandes mayorías.

Lo anterior fue informado a través de un comunicado de prensa.

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