Huauchinango, Pue.- La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), clausuró la planta tratadora de aguas residuales de Huauchinango –inaugurada el pasado 10 de Mayo por el gobernador Antonio Gali y el alcalde Gabriel Alvarado- por no contar con permisos ambientales y anunció que impondrá las demás sanciones que correspondan por haber roto los sellos que inmovilizaron la obra desde hace seis meses.

La dependencia federal indicó que pese a que desde diciembre de 2016 había determinado la suspensión de la construcción de la infraestructura de saneamiento del río Texcapa, por no contar con autorización de Impacto Ambiental, pero la obra continuó y fue concluida en clara violación a las leyes ecológicas.

En un comunicado emitido esta mañana, se detalló que en una visita realizada el pasado 14 de Junio, los inspectores de PROFEPA requirieron al ayuntamiento de Huauchinango y a la empresa Arquitectura y Diseños Residenciales de Puebla, encargada de los trabajos, para que en un plazo de 15 días presentara las licencias que debe otorgar la Semarnat, pero el plazo se venció sin que hubieran cumplido con esta condición.

 “La PROFEPA practicó visita de inspección este miércoles, con el objeto de conocer el estado que guarda la medida de seguridad impuesta el 6 de diciembre de 2016 y conocer si se continuó con las obras y/o actividades relacionadas con la Construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, Primera Etapa; y si la planta de tratamiento estaba en operación. Los inspectores constataron la conclusión de la planta de tratamiento y que presuntamente se hacían pruebas de estabilización y estanqueidad”, señaló el comunicado.

Este miércoles 5 de Julio, los empleados de la procuraduría ambiental comprobaron que los sellos de clausura habían sido removidos y los volvieron a colocar en los seis rotores biológicos de contacto, para impedir que se continuara con las labores y pruebas que realizaban los encargados de la planta que, según el alcalde Gabriel Alvarado, aún no ha sido entregada a su administración.

La planta, especificó PROFEPA, se encuentra en un área preferentemente forestal y dentro de la Poligonal del Área Natural Protegida de la microcuenca del río Necaxa, por ello las violaciones a las leyes ambientales son más graves.

 “La planta de tratamiento deberá dejar de operar hasta en tanto se cuente con la autorización en materia de impacto ambiental emitida por la SEMARNAT, como ya había sido ordenado por la PROFEPA”, especificó además de anunciar que se continuará con el procedimiento administrativo para imponer las sanciones que correspondan.

La planta de tratamiento de aguas residuales de Huauchinango fue inaugurada por el gobernador del estado José Antonio Gali Fayad el pasado 10 de mayo, sin contar con los permisos ambientales que exigen las leyes General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, así como el Reglamento en Materia de Evaluación del Impacto Ambiental.

Durante el primer aguacero de la temporada el pasado 24 de Mayo, uno de los colectores colapsó por el deslizamiento de la ladera en que fueron colocados; casi un mes después las aguas negras empezaron a brotar en la calle principal de la comunidad de Totolapa (El Sifón) debido a que rebasaron la capacidad de la tubería.

En la infraestructura se invirtieron 162 millones de pesos de recursos federales y estatales, y se dijo que sanearía el 90 por ciento de las aguas negras que se generan en la cabecera municipal, unos 140 litros por segundo, según informes oficiales.

Aunque la licitación del proyecto fue ganada por la empresa Arquitectura y Diseños Residenciales de Puebla S.A. de C.V., con domicilio en la colonia El Cerrito de la capital poblana, fue la constructora Diseño Arquitectura y Gestoría, la que estuvo a cargo de la obra, junto con Vanguardia Agrícola e Industrial, otra persona moral que habría sido subcontratada.