• Tepeaca

Crónica de una sociedad huachicolera

  • Fernando Castro
“De que se lo roben los del ayuntamiento, o los estatales y militares, mejor lo vendo y tengo para que coma mi familia” concluyó Joel, habitante de Quecholac

Quecolac, Pue.- Los puntos de venta huachicol han existido desde hace varias décadas sobre la autopista Puebla-Orizaba, pero estaba centrada en la venta solamente de diesel y los principales compradores eran transportistas de carga pesada que circulan en la zona, la extracción de hidrocarburo dio un giro en 2015 cuando también se inició con la ordeña del ducto Minatitlan-Mexico, pero ahora en gasolina.

Pobladores de Esperanza, Palmar de Bravo, Quecholac, Acatzingo, Tepeaca, Felipe Ángeles, Amozc; se metieron de lleno en la extracción y venta de hidrocarburo, el precio del combustible inicio de 7 y 9 pesos por litro, algo que sin lugar a duda beneficia a la economía de los automovilistas.

Lo anterior género que cientos de familias e integrantes de todas las edades, se involucraran en puntos de venta huachicol, y con ello iniciar con la organización para poder operar sin ser sorprendidos por el personal de física de PEMEX.

Menores de edad y mujeres se encargan de ser “Halcones” es decir los vigilantes e informadores cuando se acerca alguna autoridad o personal de física de PEMEX, a ellos se les paga un promedio de mil doscientos pesos por turnos de 24 o 48 horas.

Otra de las figuras que forman parte de estos grupos dedicados a traficar con combustible son los “chupaductos” personas en su mayoría hombres quienes son los encargados de extraer el combustible de los poliductos y embazar en bidones, en este caso es difícil creer que la forma de sustraer el hidrocarburo es sencilla, es decir alguien que sabe debió capacitarlos y sobre todo informar la hora en que se están bombeando las gasolinas.

Sin lugar a duda un negocio redondo que fortaleció la economía de cientos de familias que habitan en el denominado “triángulo rojo”.

La guerra entre huachicoleros se agudizó en el último año al pelear las plazas de venta, ya que quienes están involucrados han encontrado un modo de vida riesgoso, pero con ganancias rápidas.

“Aquí no hay fuentes de empleo, el campo ya no te produce igual y el huachicol es una forma de obtener dinero rápido” afirmó Joel, habitante de Quecholac.

Hoy el robo de hidrocarburo está dejando violencia, muertes robo de vehículos para transportar el combustible, tráfico de armas entre otros.

Lo cierto es que no se ve fecha para cuando esto pueda disminuir, al contrario pobladores de todas las edades están dispuestos a defender algo que consideran una fuente de ingresos.

“De que se lo roben los del ayuntamiento, o los estatales y militares, mejor lo vendo y tengo para que coma mi familia” concluyó Joel, quien se retiró para seguir apoyando la manifestación de esta tarde en la autopista Puebla-Orizaba.

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