- San Andrés Cholula
Los muertos frescos reciben trato preferencial en San Pedro Cholula
San Pedro Cholula, Pue.- En San Pedro Cholula, los “muertos frescos” reciben un trato preferencial.
Se trata de una tradición en la que a las personas que fallecen durante el año que corre entre el 2 de noviembre y el primero de noviembre se les prepara una ofrenda especial, suntuosa, con objetos relacionados con sus gustos y aficiones.
Es fácil advertir que se trata de una primera ofrenda porque rebasa en tamaño a las tradicionales. Es una fusión de lo ancestral con lo colonial y lo contemporáneo, lo mundano con lo religioso.
Familiares, amigos y vecinos llevan a casa del difunto recordado, el responso o la cera, simbolizados por dinero en riguroso efectivo o una vela que es entregada a la familia; un guiño de solidaridad y acompañamiento al dolor del duelo.
“La primera ofrenda es el proceso de duelo, el último momento en que los cholultecas, de alguna manera, cierran el ciclo de duelo con las personas que fallecieron durante ese año y se esmeran en montar ofrenda, si no monumentales, sí ofrendas con grandes características”, narra Graciela Herrera Tochomi, subtitular de Turismo del municipio.
Las ofrendas en San Pedro Cholula son una muestra de sincretismo, con el sahumerio e incienso en primer plano, acompañados de artículos cotidianos, comidas tradicionales o no, que acostumbró en vida el familiar muerto; por aquí o por allá motivos usados en las ofrendas prehispánicas.
El resto de las celebraciones se ajustan al calendario impuesto por la religión católica, primero el recuerdo de los niños muertos, seguido por los accidentados, para llegar a la celebración general del 1 de noviembre, Todos Santos y la gran visitación a los panteones.
Pero en San Pedro Cholula, el cambio de mayordomía de circular de San Pedro de Ánimas, patrono de esta demarcación, coincide con el término de las festividades; para este año el barrio de Santa María Magdalena entregará al de San Pedro Mexicaltizngo.
Con una misa programada a las 13:00 horas, en la Capilla Real, se cumple con el ritual religioso que desata una fiesta en donde fluye comida y bebida; cohetones anuncian el intercambio.