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Gasoducto Tuxpan-Tula es rechazado por indígenas de 7 municipios de Puebla

El proyecto de la empresa TransCanada atravesará las demarcaciones de Venustiano Carranza, Francisco Z. Mena, Jalpan, Tlaxco, Tlacuilotepec, Pahuatlán y Honey

Pahuatlán, Pue.- Acompañados de algunas autoridades ejidales y comunitarias, pobladores de una veintena de pueblos de la sierra otomí-tepehua-náhuatl de Puebla e Hidalgo dijeron no a la instalación del gasoducto Tuxpan-Tula que la empresa Transcanada construirá en territorio de 3 municipios veracruzanos, 7 poblanos y 13 hidalguenses.

“Tenemos el derecho de decir no a los planes del gobierno y a la ambición de las empresas que sólo se acercan con los ricos y las autoridades para condicionarlas y amenazarlas. No nos tienen respeto ni a nosotros, ni a nuestra forma de vida. Por eso nos organizamos en ejercicio de nuestros derechos que nos da la Constitución”, explicaron.

Voceros de los comités constituidos en cada uno de los pueblos indicaron que la empresa canadiense los ha ignorado y ha empezado a trazar el lugar por donde será instalada la tubería a través de “Transportadora de Gas Natural de la Huasteca”, nombre con el que se “disfrazó” para hacerlos creer que “es igual a nosotros”.

A algunos pueblos, como San Nicolás en Tenango de Doria, Hidalgo y Montellano, en Pahuatlán, Puebla, llegaron los trabajadores de TranCanada, hicieron exploraciones y ni siquiera les dieron su lugar a las autoridades locales. No fueron ni a las oficinas públicas. No informaron en qué consistía su investigación, ni qué proyecto quieren realizar, denunciaron.

Luego llegaron con los dueños de los terrenos, les ofrecieron dinero. Reclutaron a algunos “malinches” que los llevaron hasta las casas de los propietarios, pero nunca han tomado en cuenta a todos los pobladores a pesar de que “el riesgo por la colocación de los tubos por donde circularán millones de barriles de gas, lo correremos todos. A nadie le han querido informar de la contaminación de la tierra y de los manantiales”, se quejaron.

“Algunas autoridades de los pueblos nos toman como unos locos. Dicen que la colocación del tubo no tendrá ninguna consecuencia. Que después de que lo entierren vamos a poder seguir sembrando encima como si nada y que además, el gasoducto va a pasar porque va a pasar, ya hasta lo dijo así el diputado federal Carlos Barragán. No les importamos nada”, agregaron.

Indicaron que se ha minimizado el asunto hasta compararlo con la instalación de una red de agua potable. Por ejemplo, ante la inquietud de la gente y el rechazo al gasoducto, el juez de Ahuacatitla, en Pahuatlán, Rosalino Mendoza López los ha llamado para preguntarles: “’¿Cómo llega el agua a sus casas? Pues en un tubo, verdad. Pues esto es igual y no hay ningún problema’. Pero sabemos que es una vil mentira. Ojalá nos pusieran un tubo de agua de esa magnitud, no padeceríamos lo que padecemos por la falta de agua, pero el gas es un peligro para nuestras comunidades, un riesgo para nuestras familias. No le creemos a esa gente, ni a nuestra autoridad”, explicaron.

Lo que sí saben, dijeron, es que necesitan de la tierra, de sus frutos, de los animales, del agua y de todos los bienes naturales, que no van a permitir que se dañen sus campos de cultivo, bosques y lugares sagrados. También saben, explicaron, que las empresas llegan a sus pueblos a “querernos comprar, aprovechándose de nuestras necesidades. También llegan con la complicidad de algunas autoridades ambiciosas que se prestan a hacer lo que ellas quieren y otra cosa que sabemos es que no queremos ese gasoducto de ninguna manera”.

Ya han afectado la vida comunitaria y los derechos de los pueblos porque tanto la empresa TransCanada como el gobierno han ignorado a las personas y a su derecho de decidir su forma de vida.

Las comunidades, dijeron, tenemos en todo momento el derecho a decir “no a los planes del gobierno y a la ambición de las empresas. “Así que nosotros no hemos dado ninguna autorización para que la empresa suba y baje nuestro territorio, ni se la vamos a dar”, remataron.

El proyecto

Se sabe que el gasoducto Tuxpan-Tula abastecerá a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), tendrá una longitud de 263 kilómetros y transportará 886 millones de pies cúbicos de gas diarios y costará 500 millones de dólares. Se conectará con la línea de gas submarina Texas-Tuxpan, otro proyecto en el que se ha calculado que se invertirán 3 mil 100 millones de dólares y tendrá una longitud de 800 kilómetros.

Según el Plan Quinquenal de Gasoductos del gobierno federal, el Tuxpan-Tula atravesará por los municipios poblanos de Venustiano Carranza, Francisco Z. Mena, Jalpan, Tlaxco, Tlacuilotepec, Pahuatlán y Honey; por los veracruzanos de Tuxpan, Poza Rica e Ixhuatlán de Madero y los hidalguenses de Acaxochitlán, Atitalaquia, Atotonilco, Tolcayuca, Tulancingo, Villa de Tezontepec, Zempoala, Singuilucan, Tenango de Doria y Metepec.

Con este gasoducto, de acuerdo con información de la empresa, TransCanada pretende complementar sus negocios en México, debido a que además opera los sistemas de tuberías Tamazunchale y Guadalajara y está terminando la construcción de los ductos Topolobampo y Mazatlán, por lo que para el año 2018, espera ser propietaria de los cinco sistemas principales del país.

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