Tehuacán, Pue.- La denuncia por amenazas que presentó la periodista de Tehuacán, Elizabeth Rodríguez Lezama, fue frenada por autoridades ministeriales debido a que Puebla carece de una representación de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).

El pasado 8 de marzo, la fémina fue amenazada por un sujeto o sujetos desconocidos a través de un mensaje de texto que llegó al número telefónico disponible para la audiencia del programa radiofónico en el que labora.

Narró que en el texto fueron amenazados ella y a su hijo, por lo que ahora teme por su seguridad, pero sobre todo, por la de su familia.

En ese sentido, atribuyó tal situación a su labor periodística, ya que se ha encargado de difundir situaciones como secuestros y linchamientos en la región.

Por lo anterior, decidió iniciar un procedimiento legal ante las autoridades ministeriales, sin embargo, le dijeron que el caso también debía ser atendido por la Fiscalía Especializada en Atención para Delitos para Periodistas, así que está a espera que su caso sea atendido.

Rodríguez Lezama ha recibido apoyo de la Red de Mujeres Periodistas de México, agrupaciones de comunicadores y otros colegas de diferentes municipios de la región.

En ese sentido, exhortó a las áreas impartidoras de justicia para que den el seguimiento adecuado a su denuncia, y pidió que las amenazas que sufrió no pasen desapercibidas.

Agreden a periodista que cubría linchamiento

El pasado 29 de febrero, la periodista Patricia Flores fue agredida por pobladores de la colonia Aquiles Serdán, perteneciente al municipio de Chapulco, por cubrir el linchamiento de un presunto delincuente hondureño.

La mujer se encontraba en el lugar, sin embargo, fue abordada por algunos lugareños quienes la despojaron de sus pertenencias, incluyendo celular, cámara y grabadora.

No conformes, los pobladores la obligaron a quitarse la ropa para confirmar que no grabara con otros dispositivos. 

También fue golpeada en diferentes ocasiones, y fue con el apoyo de un policía estatal que pudo salir del lugar.

Al ser valorada médicamente, se confirmó que tras la agresión sufrió esguince cervical severo, por el cual usa collarín.