Acatlán de Osorio, Pue.- Este 2015 cumplió 22 años la representación en vivo del Viacrucis de la parroquia de San Gabriel  en Acatlán de Osorio. La obra teatral con actores de barrio fue realizada por primera vez en 1993 por el párroco Florentino Medina, originario de Oaxaca.

A lo largo de 22 años la representación se ha convertido en una tradición que es vista por miles de personas de distintos puntos de la región y el estado, ya que se basa totalmente en el calvario que vivió Jesús.

Este año el papel principal lo representó Erick Ibáñez Martínez de 17 años, quien ya antes participó 2 años como tamborero y tres como soldado. Por su parte la Virgen María es representada por Elena Morales González.

Antonio Jerónimo Valle, integrante del comité organizador, señaló que todos los actores tienen que cumplir requisitos muy estrictos, como contar con todos los sacramentos de la iglesia católica.

Este viernes el Viacrucis salió del templo de San Gabriel donde Poncio Pilato, representado por Abraham Fernando Martínez, recibió a Jesús para juzgarlo y por petición de quienes lo acusaban soltó a Barrabas y lavándose las manos condenó a ser crucificado al nazareno.

A partir de ahí comenzó el recorrido por las estaciones de la cruz en donde Jesús es envuelto en un mar de insultos, de burlas y de blasfemias por soldados y jefes judíos.

Aurelio Castelán Mejía, otro integrante del comité, destacó que se trata de una obra teatral en la que participan jóvenes de familias cristianas de la parroquia de San Gabriel, que año con año son convocados para ocupar un papel.

René Balbuena Pavías, párroco de San Gabriel, dijo que la humanidad entera debe reflexionar en esta penitencia representada por los personajes, por lo que durante cada estación pidió por el perdón de los pecados, por la paz del mundo, por los corruptos, por los delincuentes y por todo lo malo que existe en el mundo.

René Balbuena, explicó que Jesús no sólo pide el perdón para los que lo ofendieron, sino para todos, “porque todos con nuestros pecados somos el origen de su condena y crucifixión”.

El sacerdote exhortó a los católicos a vivir con la alegre noticia de que Dios es el Padre que cuida de todos nosotros y aunque a veces algunos tengan caminos incomprensibles, se debe tener la seguridad de que él sabe mejor que nosotros lo que hace.