Sierra Norte de Puebla.- Por lo menos siete tiraderos de basura a cielo abierto se han establecido a lo largo de casi 54 kilómetros de la carretera Interserrana en el tramo Zacatlán-Zapotitlán en la región nororiental, provocando la contaminación de suelos y las aguas del río Ajajalpan, tanto por el escurrimiento de lixiviados como por desechos de todo tipo.

“Cuando decimos que el río puede morir –dicen pobladores de Xochitlán-, no estamos exagerando”. El río se intoxicará, continúan, debido a que recibe diariamente varios centenares de kilogramos de desechos plásticos, cartón, pet, llantas y hasta animales, que son recolectados en los municipios de Ahuacatlán, Tepango de Rodríguez y Amixtlán, principalmente.  

Los daños ambientales son notables: en una misma postal del paisaje pueden apreciarse la belleza natural de una caída de agua con la “cascada” de basura tirada a unos cuantos metros de la antena de una compañía telefónica ubicada en la cabecera municipal de Tepango de Rodríguez, por ejemplo.

Pero no es el único. Hay otro tiradero en el lugar conocido como “El Mirador”. Uno más sobre el tramo Ahuacatlán-Amixtlan, a escasos cien metros del Instituto Tecnológico, ahí arrojan la basura estos dos municipios.

“Los tiraderos de Tepango de Rodríguez, Ahuacatlán y Amixtlán dañan gran parte del río que nace en la parte superior de Ahuacatlán y que corre cruzando pueblos enteros como San Pedro Camocuautla, Bibiano Hernández, Olintla”. Estos arroyos forman parte del río Ajajalpan en el que la empresa Delesec-COMEXHIDRO pretende construir la hidroeléctrica Puebla 1. Sin contar los tiraderos de los demás pueblos de la sierra nororiental.

Los pobladores pidieron a las autoridades “de todos  los niveles y todas las instituciones” que tengan conciencia del gran daño “hacia  el entorno y tomen cartas en el asunto y también a la comunidad estudiantil del nivel superior que a escasos cien metros de sus instalaciones tienen un gran tiradero y son víctimas del mal olor que proviene de la basura que se está quemando todo el tiempo, pero no hacen nada por evitarlo”.

Recordaron que en el año 2009, unos cuantos pueblos como Zapotitlán de Méndez, Nauzontla y Zoquiapan se adhirieron a programas de recolección y separación de los desechos convocado por el ayuntamiento de Xochitlán, e incluso compraron vehículos especiales para cada tipo de basura –orgánica, general, reciclable-.

“Pero lamentablemente sólo unos cuantos docentes hicieron conciencia de la problemática ambiental que generan los desechos, como la escuela primaria de Xochitlán de Vicente Suarez a cargo de la directora Patricia Ponce Guzmán”, señalaron.

En ese entonces la administración municipal a cargo del entonces alcalde Manuel Arroyo Guzmán dio prioridad a la problemática del destino final de los desechos sólidos. “Hasta consiguió un terreno junto a la carretera, para instalar un centro de acopio que ahora está en total abandono y el vehículo que recolectaba los desechos sólidos reciclables como vidrio, cartón y plástico, ahora se usa de manera indiscriminada y se lleva la basura revuelta hacia el relleno sanitario. Aquella cultura ambiental ha quedado en el olvido al igual que el centro de acopio”, lamentaron.

Los pobladores llamaron a hacer “un acto de conciencia” para terminar con los grandes depósitos de basura a orillas de carretera, a los que ninguna autoridad ya sea ambiental, educativa o de salud les ha puesto los ojos, menos ha buscado terminar con ellos. “Mucho menos se hacen presentes en la región las instituciones encargadas de investigar los hechos y sancionarlos como PROFEPA Y SEMARNAT”.