Huauchinango, Pue.- “Causas raras, incluso el vuelo de una paloma, pudo haber ocasionado la interrupción de energía eléctrica” durante más de dos horas en una fracción del zócalo de Huauchinango, al “botarse” las cuchillas de dos transformadores paralelos, dieron a conocer empleados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Decenas de establecimientos comerciales tuvieron que echar a andar sus plantas de luz de gasolina o diesel, durante poco más de dos horas que quedó suspendido el servicio de energía eléctrica por causas desconocidas y extrañas.

La avería se registró en dos transformadores ubicados sobre las escalinatas de la calle Mina, entre Zaragoza y el Portal Hidalgo cerca de las 13:00 horas, luego de que se escuchó un fuerte estruendo y de inmediato vino el apagón que fue más notable por la nublada y fría tarde que transcurría en la sierra norte.

Sin embargo, el desperfecto fue atendido casi de inmediato y no faltaron los comentarios de algunos vecinos de dicha calle, quienes supusieron que por estar ahí un hotel y restaurante, propiedad de la familia del alcalde Gabriel Alvarado Lorenzo “no tardarían en llamar y llegar los trabajadores de la CFE”. Y así fue. No tardaron. A comparación lo que sucede en otras zonas de la ciudad de Huauchinango, “en donde la gente tiene que esperar cerca de dos días y hasta una semana para que los obreros de la empresa se dignen a llegar”, dijeron.

Algunos empleados que permitieron preguntar sobre las razones de la falla eléctrica, respondieron que se les hacía “raro porque fueron los dos transformadores los que fallaron al mismo tiempo. Los mecanismos están a unos 15 metros de distancia, uno de otro y ambos se botaron”.

Explicaron que esos casos llegan a pasar cuando “una paloma choca en el vuelo y hace que las líneas se junten o cuando se vuela alguna lámina y pega en los cables provocando un cortocircuito”.

Algunas instituciones bancarias cercanas al lugar donde se dio el problema decidieron cerrar sus oficinas por cuestiones de seguridad, pero en general los negocios siguieron prestando sus servicios en la penumbra.

Minutos después de la llegada de los obreros de la CFE se restableció el servicio y se normalizó la operación comercial, además de las actividades domésticas de viviendas cercanas al lugar.