La Procuraduría General de Justicia (PGJ) no ha descartado que los dos hombres ejecutados en Quecholac sean familiares del ex edil de Cuapiaxtla de Madero, Santos García Machorro, quien fue asesinado el pasado domingo por la madrugada, en el interior de su domicilio conocido como Rancho La Noria.

Ayer por la mañana, fueron hallados los cadáveres de Armando Téllez Machorro, de 27 años de edad, y Abundio Téllez Machorro, de 40 años de edad, quienes eran vecinos de Cuapiaxtla y trabajaban en un rancho de la junta auxiliar de San Simón de Bravo, en el municipio de Quecholac, donde fueron encontrados sin vida.

Alrededor de las 6:20 horas de ese lunes, su patrón –quien también era su familiar– descubrió los cuerpos en unos terrenos de lechuga, en el “Rancho de los Flores”.

Policías municipales, estatales y ministeriales acudieron al lugar y confirmaron el deceso de ambos hombres, además del robo de una camioneta Chevrolet de 3 toneladas, color rojo, modelo 1998, cuyas placas de circulación no fueron proporcionadas porque el dueño no las recordó.
Según el reporte preliminar, los cadáveres presentaban un disparo de arma de fuego en la cabeza. En un principio trascendió que el doble homicidio estaría vinculado con la ejecución del ex alcalde de Cuapiaxtla, sin embargo, la PGJ no confirmó esta versión.

La dependencia mencionó que la carpeta de investigación 135/2015/Tecamachalco no contiene esa información; sin embargo, tampoco la descartó.

Otras fuentes señalaron que una de las hipótesis sería el robo de la camioneta, ya que ésta se encontraba cargada con varias toneladas de lechuga. Dicha versión refiere que los delincuentes arribaron por la madrugada y les dispararon a los trabajadores para despojarlos de la unidad. En estos hechos, presumiblemente, habría una tercera víctima que sobrevivió al ataque y está hospitalizada en Tecamachalco.

Un día antes ejecutaron a ex edil de Cuapiaxtla

El domingo, alrededor de las 5:30 horas, Santos García y su esposa estaban a punto de irse a trabajar, por lo cual el hoy finado bajó al patio para preparar el vehículo en el que se irían. En esos momentos, la mujer escuchó las detonaciones y al ir a averiguar lo que había pasado, descubrió que su esposo estaba tirado en el suelo y los agresores ya habían escapado.

Además de ser baleado, los agresores lo degollaron. Cuando llegaron paramédicos de Cruz Roja, a bordo de la unidad 399, ya no pudieron hacer nada.

Se ignora cuántos sujetos participaron en el asesinato y cuál fue el motivo por el cual lo ultimaron. Trascendió que no se llevaron pertenencias ni  objetos de valor. El robo quedó descartado y se presume que se trató de una venganza.