• San Pedro Cholula

Denuncian prostitución y droga en Cereso de Cholula

Custodios y personal administrativo que fue despedido, aseguran que el penal es una bomba de tiempo

Prostitución, venta de droga, cuotas por derecho a las visitas íntimas, familiares, servicio médico, trámites y otros, es el negocio de los directivos del Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Pedro Cholula desde su llegada a la administración municipal.

Custodios y personal administrativo que fue despedido hace unos meses sin recibir su liquidación correspondiente y que pidió la gracia del anonimato, denunciaron a este medio que esa situación está enardeciendo a los internos y familiares de los presos, pues cada vez más se les cobra por todo —incluso por tener acceso a servicios gratuitos— y por lo cual temen que en cualquier momento haya un motín o un intento de fuga masiva.

Señalaron que la directora del penal, Guadalupe Reyes Rojas, tiene pleno conocimiento de todas las irregularidades que existen; sin embargo, no ha tomado cartas en el asunto, ya que no asume sus responsabilidades porque se las delega al subdirector administrativo Rodolfo Rivera Zahuita.

Según los denunciantes, Rivera Zahuita prácticamente es quien tiene el mando y el que toma las decisiones de lo que se va a hacer o no dentro de la cárcel. Este funcionario, en complicidad con el subdirector de custodios, Cuauhtémoc Alossio Chávez,  les permite a los internos actividades ilícitas, lo cual, por supuesto, tiene su precio.

Interno que padece de sus facultades mentales lidera el penal

De acuerdo con las fuentes consultadas, una figura importante en la prisión de Cholula es el interno Marcos del Callejo Pérez Salazar, de aproximadamente 29 años de edad, quien es el líder de los prisioneros. Es también el encargado de cobrar las cuotas a los internos y de entregar el dinero a Rivera Zahuita y al comandante de custodios.

Del Callejo Pérez Salazar es apodado "El Gerber" y también es conocido como "El Junior Matataxistas". Fue detenido en 2011, acusado de asesinar sin motivo aparente a dos trabajadores del volante.

En aquella ocasión, su padre adoptivo, el notario 17 Benjamín del Callejo García aseguró que su hijo tiene problemas mentales (al parecer esquizofrenia), pero desde hace tiempo se niega a llevar el tratamiento médico.

En un comunicado de prensa, el fedatario manifestó: "Existen situaciones que nos rebasan y Marco fue para nosotros una de ellas; no obstante haberle procurado un entorno de vida lleno de amor y principios, su salud mental lo obligó a abandonar nuestro hogar hace más de diez años, regresando por periodos breves durante los cuales tratamos de que siguiera un tratamiento médico adecuado, continuara sus estudios universitarios y se integrara a nuestra vida familiar”.

La nota agrega: “Todo esto fue inútil, decidió irse al lado de su padre (biológico) en forma definitiva y sólo volvimos a saber de él hasta el año pasado en que se vio involucrado en un hecho delictivo, después del cual perdimos nuevamente contacto con él”.

Marcos es descrito como un hombre alto y de apariencia corpulenta, por lo cual—mencionaron los informantes— abusa de su físico para amedrentar a los reclusos.

Tiempo después que éste ingresó al Cereso, se casó con otra interna de nombre Mabel Rosas Núñez, de aproximadamente 36 años de edad, quien fue internada en el penal en 2012 acusada de matar a su pareja sentimental.

Pese a que los mismos funcionarios de la cárcel saben que "El Gerber" no está bien de sus facultades mentales, le autorizan cometer actividades ilegales. Incluso saben que no lleva su tratamiento, pues aunque el personal médico le suministra el medicamento —que es de control especial—, el interno lo vende entre sus demás compañeros.

El gran negocio

Los denunciantes detallaron que, en complicidad con "El Gerber", Rivera Zahuita y Alossio Chávez cobran a los internos las visitas íntimas, visitas familiares, trámites, audiencias, actas de internación, consultas médicas y permisos para tener negocios dentro del reclusorio, además de que manejan una red de prostitución cuyas víctimas son unas mujeres de origen colombiano.

Las cuotas por cada servicio rondan los 400 y 500 pesos, mientras que para quienes tienen un giro comercial las cantidades varían y se pagan de manera quincenal o semanal. En el interior del Cereso, dos prisioneros administran la venta de comida, dos más tienen tiendas, uno la venta de madera, otro una ferretería y uno más la venta de cigarros.

Los negocios más fuertes son las tiendas y la venta de cigarros. Las concesiones de las primeras cuestan unos 20 mil pesos y las cuotas son de aproximadamente 8 mil pesos. En tanto, la concesión de venta de cigarros es de unos 10 mil pesos y para seguir manteniendo este giro el dueño paga alrededor 2 mil pesos cada semana.

Dentro del penal también entra y se comercializa droga, como heroína, cocaína y marihuana; sin embargo,  el subdirector de custodia, Cuauhtémoc Alossio, es señalado por los inconformes como el encargado de realizar dicha actividad que, a decir de los informantes, se incrementó este año.

Asimismo, cinco colombianas que ingresaron los pasados meses de julio y septiembre, por el delito de robo en casa habitación, son forzadas a prostituirse entre la población varonil. El dinero que obtienen se lo dan a Mabel, la esposa del "Gerber", quien a su vez le entrega las cuentas a Rivera Zahuita y Cuauhtémoc.

Las fuentes mencionaron que cuando las colombianas llegaron, Mabel les dijo que si querían ganarse la vida ahí dentro podían prostituirse, a lo cual accedieron. No obstante, en las últimas entrevistas que tuvieron con personal de los departamentos de psicología y criminología, comentaron que ya no desean seguir ejerciendo ese oficio porque no les gusta.

Estas mujeres no saben cómo salir de ese problema, pues acusan que constantemente son amenazadas por Mabel, quien les dice que si se salen habrá represalias en su contra.

El destino del dinero

Los informantes refirieron que, antes de esta administración municipal, el dinero recaudado de las cuotas se entregaba al ayuntamiento; sin embargo, desde esta nueva gestión ya no es así y por lo tanto no se sabe a dónde va a parar.

Presumen que el dinero es repartido entre los mismos que lo cobran y se le da una parte a la directora del penal, Guadalupe Reyes, para que consienta todas esas anomalías.

Dijeron que sería imposible que los recursos fueran invertidos en el mantenimiento de las instalaciones, pues desde la llegada de esta administración, el Cereso sigue en malas condiciones: carece de camas, la cocina y los baños están en condiciones insalubres al igual que las mesas de los comedores. No hay ventilación y en resumen la infraestructura se encuentra muy desgastada, lo que posibilita una fuga de reos.

Como si la fuga de  los 11 internos en 2011 no hubiera sido suficiente para reforzar la vigilancia y mejorar las instalaciones, el pasado 7 de octubre ocho internos intentaron escapar rompiendo los barrotes de su celda y la malla ciclónica; no obstante, dos de ellos fueron sorprendidos y neutralizados por los custodios, lo cual evitó la fuga de los otros.

Estos prisioneros eran José Carlos Gallegos, quien fue uno de los que se fugó en 2011, así como Christopher Mata Cruz. Ambos tenían una segueta que extrañamente llegó a su poder.

Aún con eso, los mandos del penal han hecho caso omiso a las recomendaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) respecto a las instalaciones.

Los denunciantes indicaron que, inexplicablemente, este año el subdirector del Cereso pasó a tener tres vehículos de uno que ya poseía, mientras que el comandante de custodios, que no tenía ninguno, ahora ya cuenta con su propio coche.

Los inconformes dijeron estar hartos de su avaricia, pues cada vez más se les cobra a los internos por todo. Por eso temen que esta situación, que es una bomba de tiempo, estalle en cualquier momento en forma de motín o fuga de reos.

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