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Ex conventos cumplen 20 años como Patrimonio Mundial
Tras 20 años de que la Unesco, a propuesta del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), declarara como Patrimonio Mundial a 14 ex conventos del siglo XVI, ubicados en las laderas del volcán Popocatépetl, han dejado de ser solamente espacios de culto para ser mostrados al público como elementos que se deben apreciar y proteger en todas sus proporciones, empezando desde lo arquitectónico.
Los conjuntos conventuales construidos por las órdenes dominicas, agustinas y franciscanas, de los cuales 11 están en Morelos y tres en Puebla, fueron inscritos en el listado internacional el 17 de diciembre de 1994, por constituir un testimonio de patrón arquitectónico concebido para lograr la evangelización de un extenso territorio, cuya característica principal era el uso de espacios abiertos, como los grandes atrios, que en Europa no existían.
El nombramiento ha contribuido a la captación de recursos para restaurar y consolidar los inmuebles, así como su inclusión en el Programa de Empleo Temporal (PET), que se lleva a cabo conjuntamente entre el INAH y la Secretaría de Desarrollo Social, a través del cual se han desarrollado labores de mantenimiento y consolidación en templos, atrios, capillas posas y abiertas, bardas y en el entorno de estos monumentos, con la consecuente generación de ocupación remunerada para las poblaciones en los que se localizan las edificaciones.
Primeros monasterios del siglo XVI en las faldas del Popocatépetl es el título de la declaratoria hecha en 1994 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en reconocimiento a su alto valor histórico y cultural, cuyo impacto se esparció sobre una amplia área, no sólo desde mediados del siglo XVI, en el centro y sureste de México, sino que continuó su expansión en la colonización y evangelización de las tierras hacia el norte en el siglo XVIII, alcanzando al actual Estados Unidos, desde el océano Atlántico hasta las costas del Pacífico, en forma de pequeños establecimientos conocidos como misiones.
Otro elemento primordial en la declaratoria fue su originalidad en la conservación tanto de los elementos fundamentales del conjunto monástico, como de la traza original y su ubicación geográfica.
Así, los conjuntos conventuales de Cuernavaca, Tepoztlán, Totolapan, Tlayacapan, Atlatlauhcan, Oaxtepec, Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del Volcán, Hueyapan, Zacualpan, en Morelos; y Tochimilco, Calpan y Huejotzingo, en Puebla, quedaron inscritos hace dos décadas en el listado de la Unesco.
Algunos ejemplos destacables de la vitalidad de estos monumentos, son el morelense de la Natividad, que es sede del Museo y Centro de Documentación Histórica de Tepoztlán; y el poblano de Huejotzingo, que alberga al Museo de la Evangelización, ambos son muestra de cómo se preserva, restaura y atiende desde el punto de vista de conservación y difusión.
El interés por preservar este patrimonio edificado se ha visto reflejado en proyectos impulsados entre los diferentes niveles de gobierno, como el desarrollado desde hace dos años la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH, que tiene como base un estudio de entorno urbano de los ex conventos de ambas entidades.
Vigilar, apoyar y dotar de elementos técnicos a los municipios donde están los monasterios, es una de las intenciones de dicho proyecto que también tiene como objetivo recuperar los espacios invadidos en torno a éstos, lo que ayuda a mejorar la imagen urbana; aunado a los trabajos de mantenimiento y restauración, se imparten pláticas entre la población sobre la importancia de este patrimonio cultural.
Para conmemorar la inscripción de los monasterios en la Lista de Patrimonio Mundial, cada Centro INAH ha preparado diversas actividades. En Morelos, se organizó la exposición fotográfica Miradas ineludibles. Imágenes históricas desde la actualidad del Patrimonio Mundial:
Los primeros monasterios del siglo XVI, con tomas obtenidas durante talleres de fotografía que se impartieron en las comunidades donde se ubican los ex conventos. Se exhibe en el Ex Convento de San Juan Bautista, en Yecapixtla.
Mientras que en Puebla se han impartido conferencias, conciertos y exposiciones fotográficas, en los ex conventos de Huejotzingo, Calpan y Tochimilco.