• Xicotepec

Disminuye producción de acamaya en norte de Puebla

El delegado de la Sagarpa, Alberto Jiménez Merino, aceptó que también hay piezas que con contaminadas con químicos

Xicotepec, Pue.- La producción de acamaya en los ríos del norte del estado de Puebla ha disminuido hasta en un 90 por ciento en los últimos años, aseguró el delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Alberto Jiménez Merino.

El funcionario explicó que el problema se puede notar en las afluentes del Apulco y el San Marcos, pues no se capturan las mimas cantidades de esta especie.

Puso como ejemplo que algunos restaurantes recibían hasta 80 o 90 kilogramos de acamaya a la semana, y en la actualidad “a veces no llegan a completar ni los 8 o nueve kilogramos y el agravante es que el producto que reciben es más pequeño”.

Sobre el mismo tema subrayó que ha tenido referencia de consumidores de acamaya sobre que algunas piezas presentan olor a herbicida u otras sustancias químicas usadas para la pesca, lo que impacta en su calidad y destrucción.

Desde el año pasado, cooperativas de pescadores de la región Huasteca alertaron sobre el peligro de extinción de la acamaya y el langostino en los ríos de esta zona debido a la pesca desmedida y sin control, por lo que conminaron a las autoridades y a los habitantes a repoblar los ríos con estos crustáceos.

El delegado de la Sagarpa señaló que para la preservación y aprovechamiento de la acamaya es más efectiva la asesoría y capacitación para su cultivo que cualquier veda, al tiempo de calificar como positivos los resultados del fomento a esta actividad.

Dijo que aunque haya una veda legal permanente para evitar la pesca de la acamaya en la región, es mayor la pobreza y la necesidad de la gente, y esto provoca que el crustáceo de río se siga pescando de manera desmedida, por lo que recomendó promover un acuerdo entre los habitantes de las comunidades para que sean ellos quienes determinen las cantidades, la forma de pesca y hasta la veda.    

Señaló que en estos tiempos es más efectivo que se proporcionen cursos de capacitación y se asesore a los lugareños que habitan en las localidades ribereñas donde se aprovecha la acamaya para que se autorregulen en esta actividad económica.

Refirió que la veda más importante debería de darse entre los meses de julio y agosto de cada año, porque es la temporada en que la especie se reproduce. “Pero requiere de acciones fuertes acordadas por los habitantes de las comunidades, porque es imposible que el gobierno prohíba la pesca”, insistió.

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