Desarmados y con problemas para aprobar los exámenes de control de confianza, policías vigilan en su mayoría los municipios del interior del estado, donde incluso mandos de seguridad han sido asesinados a manos de la delincuencia o despedidos por su relación con actos delictivos.

El caso más reciente es la salida del director de Seguridad Pública de Ajalpan, Lorenzo López, quien al igual que otros cinco elementos de la corporación municipal reprobó los exámenes de control de confianza que aplica la Secretaría de Seguridad Pública estatal, por lo que tuvieron que ser dados de baja.

En el mes de septiembre los policías de ese municipio de la sierra negra fueron acusados ante la CDH y denunciados penalmente por golpear, amenazar y humillar a un comunicador, luego de que tomara una fotografía cuando una agente de tránsito recibía “algo” de manos del conductor de una camioneta blanca.

La semana pasada también se dio a conocer el despido del comandante de la Policía Municipal de Venustiano Carranza, por estar relacionado con una serie de delitos cometidos en la región. El dato fue confirmado por el propio alcalde Rafael Valencia Ávila.

Pese a confirmar que el ex policía tenía relación con actos delictivos, el edil evitó dar el nombre del acusado “por su propia seguridad” y confesó que tampoco fue denunciado, por carecer de “pruebas contundentes”.

Unas semanas antes, el 18 de noviembre fue asesinado en San Felipe Teotlalcingo el comandante de policía, Lino Monje Morales, y uno de sus oficiales resultó herido, cuando atendían una llamada de alerta sobre la presencia de personas sospechosas en la comunidad de San Matías Atzala.

El mando, al igual que los 14 elementos de Seguridad Pública que trabajan en el municipio, carecía de arma de fuego, por lo que fue ultimado sin que pudiera hacer frente a dos hombres y una mujer que se trasladaban en dos automóviles compactos.

Además existen quienes, al igual que el comandante de Venustiano Carranza, se han pasado al bando de la delincuencia, como es el caso de Rosalio Téllez Aguilar y Julio Alamilla Domínguez, quienes eran policías municipales de Juan C. Bonilla, pero en el mes de noviembre fueron detenidos por asaltar una tienda en Santa Ana Xalmimilulco, además de estar involucrados con asaltos al transporte público en la región de Huejotzingo.

En contraste, alcaldes de los municipios de Chignahuapan, Quecholac y Atlequizayan afirmaron para este medio que la inseguridad en sus municipios ha ido a la baja durante este su primer año de gobierno, gracias a las políticas de prevención y coordinación implementadas con el Estado.

Policías desarmados en Chignahuapan

Juan Enrique Rivera Reyes, presidente municipal de Chignahuapan, confirmó que ninguno de sus 80 policías se encuentra armado, pero afirmó que en los 10 meses que lleva como autoridad ha logrado disminuir los índices delictivos.

“Anteriormente los números de robo de vehículos eran elevados, al día de hoy solamente tenemos un reporte de un vehículo robado, es decir que estamos disminuyendo. En robo a casa habitación también se ha disminuido considerablemente, no tenemos más de dos reportes de robo a casa habitación, cuando estas cifras eran únicamente de un fin de semana”, afirmó.

En cuestión de inseguridad, dijo, “el municipio se encuentra estable, tranquilo, con la participación de la propia ciudadanía y la evaluación de los elementos de seguridad pública”.

El munícipe destacó que la evaluación de los uniformados es continua “y los resultados que nos siguen llegando como no aprobados, inmediatamente los estamos dando de baja y reponiendo con el personal que seguimos evaluado”.

Sobre los permisos para armar a sus policías, Rivera Reyes señaló que “la licencia colectiva de portación de armas en todo el estado no está vigente. La primera etapa es tener a nuestro personal evaluado e inmediatamente estaremos iniciando el trámite de portación”.

Sólo 17 de 50 tienen armas

En el mismo sentido que su homólogo de la sierra, Néstor Camarillo Medina, presidente municipal de Quecholac, afirmó que los policías de su municipio se encuentran en evaluación y que actualmente sólo 17 -de más de 50 elementos- se encuentran armados y que cuentan con 14 patrullas.

Contrario a lo señalado por Rivera Reyes, explicó que el Ayuntamiento es el encargado de pedir al Estado la gestión de la licencia de portación.

“Ellos hasta ahorita nos han ayudado muchísimo con que elemento que ya tiene aprobado al 100 por ciento (el examen de confianza), de inmediato (es armado). Porque pues al principio teníamos el problema que las fuerzas públicas estaban desordenadas, prácticamente”.

Destacó que su municipio se encuentra en muy buenos niveles de seguridad, toda vez que no aparece en la lista de la Secretaría de Gobernación (Segob) de los municipios con mayores problemas en esta materia.

Abundó que estos primeros meses de gobierno ha tenido un amplio trabajo social y deportivo: “le hemos invertido muchísimo, hemos hecho maratones, bailes masivos de zumba, damos clases, damos pláticas… en tema social lo hemos hechos, afortunadamente no tenemos esos problemas graves como otros municipio”.

Atlequizayán: Una patrulla para 3 mil 500 habitantes

La presidenta municipal de Atlequizayán, Bertha Rodríguez, consideró preocupante la inseguridad en el estado, a nivel general, aunque explicó que en su municipio “afortunadamente podemos todavía vivir en paz, existe el ambiente de convivencia, no hay mayores detalles en este sentido”.

Sin embargo, dijo, “a nivel región sí se ha empezado a sentir un poquito la inseguridad, pero conjuntamente con todos los presidentes municipales seguimos trabajando en esa parte”.

La alcaldesa confirmó que el ayuntamiento enclavado en la sierra nororiental de Puebla, cuenta con 3 mil 500 habitantes pero únicamente tiene una patrulla y 8 policías municipales, mismos que carecen de armamento.

“El municipio no ha tenido, en ese sentido de armarse, forzosamente, sino que lo venimos trabajando con el Consejo Estatal de Seguridad Pública; en ese proceso estamos”, refirió.