Xicotepec, Pue.- Al chofer de una camioneta de transporte colectivo de pasajeros de 35 años de edad y yerno de un oficial de la Policía Estatal, y a la empleada de un expendio de teléfonos celulares de 19 años, corresponden los cadáveres arrojados cerca de La Garganta del Diablo en la carretera Xicotepec-La Unión en el municipio de Zihuateutla.

Miguel Hernández Franco y María Katia González Aparicio fueron reconocidos por sus familiares luego de ser trasladados al anfiteatro “Rafael Burgunder” de Xicotepec donde se les practicó la autopsia de ley y se determinó que fallecieron a causa de las lesiones provocadas con múltiples golpes contusos que les propinaron en diversas partes de sus cuerpos y asfixia.

El hallazgo de los cadáveres entre la maleza, a metro y medio de la cuneta de la carretera, fue realizado el domingo por la mañana por elementos de la Policía Municipal de Zihuateutla quienes se toparon primero con el cuerpo de la joven, de 1.55 metros de estatura, cabello lacio, labios poblados y mentón oval, que presentaba severos golpes y sangre en el rostro.

A su lado, envuelto en una lona de plástico color negro, con las manos atadas a la espalda con un trozo de rafia, estaba el cuerpo del varón de 1.72 metros de estatura. Éste además tenía otro pedazo de cuerda alrededor del cuello, además de apreciarse golpes contusos en su cara, pero ninguna herida de arma de fuego, a pesar de que a un metro de distancia de la cabeza del muchacho se halló en un muro de contención el casquillo percutido de una bala calibre .380.

Tras el levantamiento de los cadáveres, se inició la Carpeta de Investigaciones 278/2014/Xico.

El cuerpo de Katia fue reconocido por su madre María de la Paz Aparicio Gaspar, quien dijo tener su domicilio en la colonia 5 de Mayo de Xicotepec; mientras que el de Miguel lo reconoció su suegro, el policía estatal Gabino Flores Díaz, quien informó que residía en la Junta Auxiliar de San Isidro y que era chofer de una combi de la ruta Centro-San Antonio, ésta última población ubicada a unos cuantos kilómetros del lugar donde fueron encontrados los cadáveres.