Xochitlán, Pue.- Para la construcción de una brecha del proyecto hidroeléctrico San Antonio, la empresa GESA “arrasará” con las especies del bosque mesófilo de montaña en los dos kilómetros de longitud que separan a la Poza Verde del Río Zempoala, un área comprendida en la Región Terrestre Prioritaria número 105 de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Lo anterior fue dado a conocer por indígenas de la sierra nororiental para argumentar su oposición a la construcción de la generadora de energía -que en total abarcará 19 hectáreas, 90 por ciento de las cuales deberán ser taladas, según la Semarnat-, y rechazaron que la remoción de capa vegetal que pretende la empresa sea sólo una “barbechada” como han manifestado. Acabarán, dijeron, “con una región rica en especies endémicas y apta para la conservación”. 

Los habitantes de los municipios de Zapotitlán de Méndez, Xochitlán de Vicente Suárez, Atlequizayan, Nauzontla y Zoquiapan precisaron que GESA pretende abrir el camino hacia el río Zempoala por la Poza Verde, un lugar turístico ubicado al noreste del pueblo de Xochitlán sobre el cañón del torrente.

Según le han dicho a algunos propietarios, indicaron, empezarán a abrir el pasaje atravesando algunos potreros, “luego ya está la vegetación, ya es puro desfiladero”. Pero abajo hay cafetales y árboles frutales de mango, platano y muchas especies de aves, como el carpintero rey y una especie de tucán. “Hasta se dice que aún hay monos, también hay tigrillos y tuza real o tepezcuintle”.

La zona, señalaron, está comprendida dentro de la Región Terrestre Prioritaria (RTP) 105 de la Conabio, encargada de detectar las áreas más importantes “desde el punto de vista de la biodiversidad en diferentes ámbitos ecológicos”, precisa el organismo sobre sus objetivos, aunque sus declaratorias no tienen efectos de protección ambiental.

Aporta agua y controla inundaciones

La RTP 105, denominada Cuetzalan, tiene una superficie de mil 284 kilómetros cuadrados y se definió como prioritaria para la conservación, precisamente, “por la existencia de bosques mesófilos de montaña presentes en las cañadas y la selva alta perennifolia en las partes bajas”, de acuerdo con la catalogación de la Comisión.

Empero, la misma Conabio admite que es un área con grandes perturbaciones, pero destaca que el bosque mesófilo se presenta en las laderas de las montañas de entre los mil 200 y  mil 800 metros sobre el nivel del mar en 22 municipios poblanos y veracruzanos entre los que están cuatro de los cinco comprendidos en el proyecto San Antonio: Atlequizayan, Nauzontla, Xochitlán de Vicente Suárez y Zoquiapan.

No obstante, detalla el organismo, “la vegetación se encuentra muy fragmentada debido principalmente a la ganadería extensiva, la deforestación, el cultivo de árboles frutales y el excesivo turismo en la zona, pero tiene potencial de recuperación.”

Sin embargo, la importancia de la zona, radica “en su aporte de agua en las cañadas con vegetación natural y el control de inundaciones”, según los especialistas de la Conabio.

Aprobada por Semarnat

En diciembre de 2013, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aprobó la Manifestación de Impacto Ambiental (Mia) para la construcción de la hidroeléctrica San Antonio sobre los ríos Zempoala y Ateno de acuerdo con la Gaceta Ecológica número 056/13.

Según el órgano oficial de la Semarnat, el estudio aprobado está contenido en el expediente número 21PUE2013E0002 del Programa de Evaluación de Impacto Ambiental y es una MIA Regional presentado en abril de ese mismo año y resuelto el 12 de Diciembre. El permiso tiene una vigencia de 24 meses para la ejecución del proyecto y 30 años de concesión en el uso de las aguas de los afluentes.

El MIA fue presentado por la empresa Generación Eléctrica San Antonio S. A. de C.V. (GESA), denominación que tiene ahora el corporativo IngeDeshidro Eléctrica, S.A. de C.V. que inició el plan desde el año 2012, deslindándolo de las empresas mineras que tienen concesiones en la región,  de acuerdo con entrevista hecha por este medio al biólogo Francisco de los Santos.

Sin embargo, pobladores de los cinco municipios involucrados constituyeron un frente contra la construcción de la planta generadora 37.6 megawatts de energía que abarcará 19 hectáreas de terreno, 90 por ciento de las cuales serían taladas de acuerdo con un oficio que la Semarnat giró a las autoridades locales.

La empresa GESA tuvo que suspender sus actividades en la sierra nororiental en junio pasado luego de un acuerdo con la Semarnat, la Comisión Nacional para el Diálogo con los Pueblos Indígenas (Cndpi) y la organización SURI, hasta en tanto fueran consultados los habitantes de los pueblos involucrados en su proyecto, dio a conocer en su momento Josefina Bravo Rangel, secretaria técnica de la Cndpi.

A la fecha esta consulta no ha sido realizada.