• Xicotepec

El Tepetate, un escenario a modo para Moreno Valle

Recibe la mano del edil de Xicotepec y el respaldo del diputado José Esquitín que estará con él “hasta lo último”.

Xicotepec, Pue.- Aunque aquí las únicas piedras de “gran calibre” eran las de la ribera del río San Marcos, policías municipales, estatales y guaruras disfrazados de albañiles, ingenieros y hasta periodistas, montaron el dispositivo de seguridad durante la cuarta visita en cinco meses de Rafael Moreno Valle al municipio de Xicotepec.

Un kilómetro antes de la desviación a El Tepetate, la comunidad que el año pasado fue noticia cuando el embravecido caudal arrastró el puente colgante que la unía con la carretera federal México-Tuxpan, se colocó el primer retén de los municipales todos ajuarados de antimotines, que daban o negaban el paso, revisaban o dejaban pasar sin más, al evento oficial.

Mientras, junto al río, un grupo más numeroso de guaruras, aunque disperso, mal disimulaban su oficio y sus armas vestidos con suéteres y sacos, chalecos preventivos y cascos, que hacían que todo mundo volteara a verlos preguntándose cómo hacían para soportar con ese porte el tremendo calor del trópico húmedo de la sierra baja poblana.

Otros guijarros de menor tamaño habían sido repartidos desde temprano dentro de botes de aluminio a los hombres, mujeres y niños acarreados de La Ceiba, San Lorenzo y Apapantilla, que completaron el público con los habitantes de El Tepetate, para que amenizaran las porras dirigidas por la burocracia municipal de Xicotepec con que recibirían a Moreno Valle, dos horas después de que los trajeron a este lugar.

Apenas unos seis reporteros de la prensa estatal y regional –estos últimos convocados a que llegaran al sitio por sus propios medios y sin mayor información- se acomodaron al final del enlonado y, el amplio templete destinado a los fotógrafos y camarógrafos, quedó a disposición de dos cámaras oficialistas: la de Puebla Noticias y de la Dirección de Comunicación Social de Xicotepec. 

Pasadas las 11:30 horas se avistó el Augusta que descendió en el rancho del influyente ganadero Alfonso de Vega y el mandatario poblano llegó a La Cuchilla, municipio de Jalpan, donde se colocó el escenario para un evento terso, muy lejos de los reclamos que en la autopista federal México-Puebla y el Palacio de San Lázaro pidieron su destitución, tras la muerte  del niño José Luis Alberto Tlehuatle, lesionado en un enfrentamiento entre policías y pobladores de San Bernardino Chalchihuapan, en el centro de la entidad.          

Ya en los discursos, aunque sin hacer referencia explícita a la crisis por la que atraviesa su gobierno, Moreno Valle recibió del alcalde de Xicotepec, Juan Carlos Valderrábano Vázquez, “su mano solidaria” y de su amigo de la infancia, el diputado local José Domingo Esquitín Lastiri, la expresión de que estará con él “hasta lo último”.

En este espacio a “modo”, un relajado Moreno Valle recordó cómo siendo senador atravesó el puente colgante de El Tepetate “haciendo equilibrio” bajo un sol vehemente que lo obligó a cambiarse la camisa “tres veces”. Abundó en los detalles de la obra recién inaugurada: Costó 24 millones 800 mil pesos, dijo y se comprometió a iniciar la construcción de un hospital general que costará 250 millones de pesos en “pocas semanas”.

Como si no pasara nada más. Haciendo oídos sordos a la condena a su gestión. El gobernador anunció que las obras más espléndidas para la región llegarán en la segunda mitad de su mandato.

Cortó el listón inaugural, caminó sobre el puente, los guaruras-periodistas lo rodearon, mientras los reporteros lo cuestionaban. Contestó tres preguntas amables, ignoró otras dos que no le parecieron tanto. Dio por terminada la entrevista. Luego señaló los restos del puente que el San Marcos se llevó hace casi y un año y pidió: “hagan una placa”.

Al fondo del caudal siguen los restos del viaducto donde Moreno Valle presumió que alguna vez le hizo al equilibrista.

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