Atzitzihuacan, Pue.- Hay dos municipios en donde celebran a Santiago Apóstol, uno es Izúcar de Matamoros, el otro es Santiago Atzitzihuacan, en ambos lugares se preparan los festejos tanto eclesiásticos como paganos a partir de este viernes 25 de julio.

Antonio Machorro sacerdote de la parroquia de Santiago Atzitzihuacan, explicó que en este municipio desde el año 1665 que se empezó a construir esta iglesia se celebra a Santiago Apóstol santo patrono de este lugar en donde se mezcla la fe, la tradición, la cultura pero sobre todo el amor en este santo que simboliza el peregrino, o migrante.

Por ello es tan importante en esta zona de migrantes en donde año con año se encomiendan a él en su travesía por alcanzar el sueño americano.

En Atzitzihuacan como en Izúcar de Matamoros los festejos comienzan en esta misma semana, que van desde misas en honor al patrono, primera comuniones, bautizos hasta fiestas en la casa de los mayordomos y bailes nocturnos.

En entrevista Maricela Ramos, presidenta de Atzitzihuacan, mencionó que el viernes al medio día dan inicio los festejos de manera más formal con la peregrinación y la misa para todos los habitantes.

Exclamó que la migración es un tema que atañe a todos, y muchas personas se encomiendan a sus santos pero en el caso de Santiago Apóstol se encomiendan a él para que el pase sea positivo, y de la misma manera regresen con bien.

Agregó que esta fiesta es la más importante para todos y lanzó el llamado a los turistas a conocer Atzitzihuacan en donde durante 3 días habrá fiesta totalmente gratis así como alimentos en la casa de la mayordoma, que es la persona que durante un año estará a cargo de la imagen patronal.

En Izúcar de Matamoros la imagen de Santiago Apóstol es enorme, con más de 3.50 centímetros de altura en madera con aplicaciones en oro, es venerada por miles de visitantes que año con año llegan a ver esta imagen y agradecer los favores realizados.

Cuenta la leyenda que la escultura de Santiago Apóstol fue labrada por un artesano desconocido que inspirado en Dios hizo una imagen tan alta con su caballo que no cabía en un solo cuarto, por lo que tuvieron que hacerle un santuario dedicado a él.