Tehuitzingo, Pue.- Niños procedentes de comunidades marginadas del estado de Guerrero llegan a municipios mixtecos para trabajar limpiando parabrisas o boleando calzado, en lugar de estudiar la primaria.

En el municipio de Tehuitzingo hay más de una decena de menores de edad realizando trabajos para ganarse unos pesos y entregarlo a sus padres, a fin de  ayudar a mantener a la familia.

Antonio es un ejemplo de la explotación infantil, aunque no quiso decir el nombre de su papá, dijo que venía de Tlapa, Guerrero. Se dedica al aseso de calzado cobrando 15 y 20 pesos, cuando le va bien dice que se gana hasta 200 pesos diarios, dinero que tiene que entregar a su padre quien le compra todo el material y lo pone a trabajar en lugar de mandarlo a la escuela.

Aunque afirma que no le gusta estudiar, que prefiere ayudar a su papá, porque no encuentra trabajo, el pasado 13 de junio fue su santo y a la vez su cumpleaños, pero debido a la pobreza en que viven nadie lo felicitó, fue un día igual que los demás que tiene que trabajar para juntar algo de dinero para llevar a casa.

Según datos del DIF municipal de Tehuitzingo proporcionados en enero de 2014, las familias que viven en extrema pobreza son las que mandan a sus hijos a buscar trabajo, dos de cada diez no van a la escuela y cuatro de ocho estudian en la tarde para trabajar en la mañana.

La información de la misma dependencia también reveló que en este municipio arriban muchos menores de comunidades muy marginadas del estado de Guerrero, llegan con el propósito de trabajar al igual que los padres y de esa manera sobreviven algunos meses.

El caso es evidente en el sentido que no hay Asociación alguna que proteja a estos menores en municipios como Tehuitzingo, Tulcingo de Valle y Acatlán de Osorio, poblaciones donde se ha visto más presencia de infantes trabajando en mercados donde piden unas monedas para sacar la basura, en cruceros limpiando parabrisas, en comercios y en el zócalo limpiando calzado. De esa manera ayudan a llevar dinero a la familia, ingreso que al parecer no es utilizado para la educación de los infantes que crecen sin conocer las aulas.