San Martín Texmelucan, Pue.- A unos meses de que se cumplan tres años de conflicto religioso entre cristianos y católicos en la comunidad de San Rafael Tlanalapan, el pastor de la Iglesia del Alto Aposento, Josué Ovando Jiménez, continúa en espera de que autoridades del gobierno del estado y del municipio de Texmelucan autoricen la reubicación y construcción de su templo que permita llevar a cabo sus servicios religiosos.

Refirió tras el conflicto la congregación que él encabeza se ha visto en la necesidad de seguir llevando a cabo sus cultos en las afueras de la comunidad de Tlanalapan, esto con la única intención de no volver a generar un clima de tensión entre los católicos.

El pastor dijo que la intolerancia religiosa que impera dentro de la comunidad desde hace casi tres años ha provocado el desplazamiento de seis familias de cristianos, hecho que motivó incluso la visita de personal de la Comisión de los Derechos Humanos, sin embargo, nunca regresaron para intentar mediar la situación.

Ante la situación, Ovando Jiménez refirió que acudió ante el gobierno de la República al que hizo patente el conflicto religioso; en respuesta –mencionó- mediante un documento emitido el pasado 28 de marzo del 2013, las autoridades federales dieron instrucciones a las autoridades del estado y el municipio a fin de que se le diera solución al tema de intolerancia religiosa en Tlanalapan, pero desafortunadamente desde esa fecha ninguno de las dos órdenes de gobierno han dado una respuesta a la demanda de la comunidad cristiana.

Incluso señaló que cuando buscó al actual director de Gobierno en Texmelucan, Marco Antonio Ávila Cruz, el funcionario le informó que desconocía el Tema.

Derivado de esto, Josué Ovando Jiménez pidió que se haga valer el acuerdo firmado el 27 de septiembre del 2011 que contemplaba la reubicación del templo cristiano.

El conflicto inicio desde el 2011

Los problemas entre los integrantes de las iglesias católica y cristianos de la Iglesia del Alto Aposento iniciaron en septiembre de 2011, cuando Ascensión González, entonces párroco de San Rafael Arcángel, incitó a la feligresía para que agrediera a los cristianos que realizaban sus actividades en un domicilio particular cercano a la capilla de San Isidro Labrador ubicada dentro de Tlanalapan.

Luego de esto hubo varias mesas de diálogo con las cuales buscaron atender el problema; en ese tiempo incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intentó mediar en el conflicto, por lo que entabló comunicación con el ayuntamiento de San Martín Texmelucan,  no obstante a la fecha el templo cristiano sigue sin ser reubicado.