Huauchinango, Pue.- Organizadas en la cooperativa Tinochtin Timopatiyan (Todos nos curamos) un grupo de diez mujeres de Tenango de las Flores en Huauchinango busca preservar los conocimientos ancestrales sobre las propiedades curativas de las plantas.

Una amplia muestra de los productos elaborados de manera artesanal por estas mujeres fue expuesta en el centro de Huauchinango durante la Semana Nacional de la Conservación organizada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa.

Ahí Florinda Flores Rosas y Francisca González explicaron los pasos que siguen para hacer tinturas que luego expenden en microdósis con la finalidad de curar afecciones al riñón, la vesícula o bien para remediar la gastritis, tos y algunas infecciones más severas.

Las mujeres indicaron que el grupo se ha mantenido gracias a la tenacidad de doña Alicia Serafín, quien sin ningún apoyo gubernamental o privado ha preservado durante más de 30 años, las enseñanzas obtenidas a través de la Organización Regional Náhuatl Independiente (ORNI) para no perder la tradición de “curarnos con la naturaleza”.

Explicaron que hace dos meses, se acercaron a la cooperativa algunos funcionarios de la Conanp para ofrecerles ayuda, misma que se concretará con la reconstrucción de la pequeña vivienda de adobe que les sirve de local para la manufactura de tinturas, jarabes, jabones vitaminas y como laboratorio donde en la actualidad experimentan con el arándano y hace poco doña Alicia hizo una “vitamina para la vista”.

Tras la llegada de los españoles a nuestro país en el siglo XVI, los conocimientos de los pueblos originarios sobre las cualidades y poderes curativos de plantas, animales y elementos de la naturaleza se fusionaron con la de las especies vegetales introducidas por los europeos, aportando saberes a la medicina local.

La medicina tradicional, de la que la herbolaria es parte importante, ofrece insólitos catálogos de creencias y prácticas; es la mezcla de imaginación desbordada y el conocimiento heredado generación tras generación para curar los males del cuerpo, de la mente, del espíritu y de los amores.