Tehuacán, Pue.-  Roberto Carlos López Hernández, director de plantel 229 del CBTis de Tehuacán, informó que en esta demarcación hace falta mayor sensibilidad para tratar a las personas que padecen algún tipo de discapacidad, empezando por la propia familia que muchas veces los tiene enclaustrados en sus hogares.

Expuso que es necesario en primer lugar concientizar a la familia de un discapacitado, pues “es la que los reprime y los tiene en su casa encerraditos, les dan preferencia a sus otros hijos que física e intelectualmente están bien, debemos empezar por ellos y luego con el resto de la sociedad”.

Detalló que lamentablemente, en Tehuacán aún no existe conciencia e interés por apoyar a las personas que padecen alguna enfermedad, sobre todo entre los choferes de transporte público.

En este sentido, detalló que además muchos de los operadores del transporte público no cuentan con la sensibilidad para tratar con personas que llevan a sus terapias a sus familiares, al señalar que no existe consideración alguna para ellos.

En el programa gubernamental para integrar a este sector poblacional, CBTis 229, se encuentran alrededor de 15 primarias de esta zona, donde hay hasta 15 niños discapacitados en cada una, además de los que integran la escuela de educación especial, dijo.

Por su parte, Lucero Muñoz Huerta, encargada del área para jóvenes discapacitados, informó que los interesados en inscribirse al sistema, necesitan primeramente tener una discapacidad, el certificado de secundaria, CURP y el acta de nacimiento por mencionar algunos de los documentos.

Agregó que el plan de estudios que ofrece este tipo de bachillerato tiene tres perfiles que son: Humanidades, Ciencias Físicas y Matemáticas, y Ciencias Administrativas y Sociales, cada una de ellas integrada por 33 materias, en la que el alumno tiene la facilidad de estudiar a su propio ritmo en un horario flexible. 

La encargada del programa en el CBTis 229, mencionó que las aulas en donde se imparten las clases están acondicionadas para las necesidades de las personas con discapacidad visual, auditiva, motriz, verbal y mental. 

Cada centro cuenta con cuatro orientadores académicos, quienes además de instruir a los estudiantes, tienen la función de adaptar el material que se va a utilizar según la discapacidad de la persona, facilitándoles el acceso a la información que se abordará.