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Dos años después, incluyen a Huixtla en recursos del Fonden
Tlaola, Pue.- El expediente entregado por el gobierno del estado de Puebla para acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) se encuentra conformado no sólo por daños de las lluvias registradas del 12 al 16 de septiembre como especifica el documento federal, sino por afectaciones que han quedado en el olvido desde años anteriores.
Tal es el caso de la urgencia por reubicar a 114 viviendas de la comunidad de Huixtla, en Tlaola, mismas que se encuentran en zozobra desde julio el 2011, tras el paso de la tormenta tropical “Arlen” y que no habían sido tomadas en cuenta por las autoridades.
Tuvieron que pasar dos años con dos meses, varias tormentas tropicales y un huracán que devastó muchas regiones del país, para que los pobladores de Huixtla que además viven en permanente riesgo sobre una falla geológica que atraviesa su pueblo, fueran incluidos en el Fonden.
Los habitantes de esta comunidad de la sierra norte poblana resultaron damnificados durante el paso del meteoro “Arlen” que provocó deslaves y la profundización de una grieta que baja del lugar, donde está ubicada la clínica de salud y alcanza hasta 85 metros de profundidad de acuerdo con un dictamen emitido por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) en agosto de 2011.
Sin embargo, fue hasta este jueves 19 de septiembre de 2013 cuando se incluyó a los habitantes de este poblado entre los que deben recibir atención urgente para que sean reubicados a un área segura.
Advierte Cenapred riesgos geológicos
Según el estudio denominado “Deslizamientos y flujos de suelos y rocas ocurridos en la comunidad de Huixtla, municipio de Tlaola, Puebla a principios de julio de 2011”, cuya copia obra en poder de este medio, los geólogos del Cenapred Leobardo Domínguez Morales y Alberto Enrique González Huesca de la subdirección de riesgos geológicos, determinaron que Huixtla “se encuentra en una zona de alto riesgo, por lo que debían tomarse medidas inmediatas para proteger a sus habitantes”.
Para los especialistas en estudios de la Tierra, los deslaves que se registraron en esa población durante el paso de la tormenta tropical “Arlene” hace dos años, removieron un volumen de 77 mil metros cúbicos de lodo y piedras, una cantidad “10 veces más grande que el deslizamiento y flujo de suelos de 1999 en Teziutlán”, en el que murieron 105 personas durante la depresión tropical número 11.
Las áreas de mayor riesgo en el poblado, establecen, son el sureste y la zona donde está el Centro de Salud, por lo que recomendaron instrumentar algunas medidas inmediatas “para reducir la velocidad del deslizamiento, como el sellado de las grietas y la canalización del agua superficial, ya que «el deslizamiento ya está activado y podría movilizarse con mayor velocidad durante una lluvia intensa»” y, a mediano plazo, recomendaron reubicar a la población.
Sin embargo, alertaron, hay por lo menos una docena de deslizamientos que, aunque son independientes, provocaron agrietamientos en la carretera y daños estructurales en varias viviendas que “por estar habitadas en la masa inestables, no es pertinente que sigan habitadas… porque se prevé que el deslizamiento continuará y las viviendas se desplazarán con la masa en movimiento” y una grieta de 85 metros de profundidad.
En la parte final del dictamen el Cenapred se deslindó del “uso indebido” que se le pudiera dar y de la eventual “negligencia” de las autoridades por no dar seguimiento o ejecutar las recomendaciones contenidas en el documento.
A dos años con dos meses de haberse registrado los deslaves que obligaron a su evacuación, los pobladores de Huixtla siguen en riesgo y con la incertidumbre sobre lo que las autoridades decidan hacer con ellos.