Huauchinango, Pue.- Aunque las obras de “ampliación” del Hospital General de Huauchinango fueron inauguradas hace 43 días por el gobernador del estado Rafael Moreno Valle Rosas, el quirófano está en obras y fuera de servicio y en lugar de crecer, disminuyó el número de camas disponibles por la desaparición de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.

Lo anterior fue dado a conocer por usuarios y por uno de los médicos del centro hospitalario, quienes detallaron que ahora ya no cuentan con 30 camas, sino con 27 para atender a 287 mil 587 habitantes de 18 municipios de la sierra noroccidental de Puebla que no son derechohabientes de ningún otro servicio de salud como el IMSS, ISSSTE, PEMEX o carece de recursos para acudir a la asistencia privada de un profesional de la medicina.

Fue el cierre del quirófano lo que detonó las expresiones de inconformidad de familiares de algunos pacientes que tuvieron que trasladarlos a los hospitales de Xicotepec o Zacatlán para que fueran intervenidos quirúrgicamente, debido a que les informaron que la sala de operaciones está “en obras”, no obstante que hace casi mes y medio se dijo que los trabajos habían sido terminados.  

Francisco Morales, campesino y habitante del municipio de Naupan, dio a conocer que el lunes pasado uno de sus familiares tuvo que ser trasladado de emergencia al Hospital General de Huauchinango, donde tras examinarlo se determinó que era necesario someterlo a una operación  pero “tuvimos que correr con él a Zacatlán porque nos dijeron que acá no había dónde hacerla”. 

“Para nosotros no sólo son más gastos, sino el riesgo que corren los enfermos de agravarse por una falta de atención oportuna”, dijo.

La ampliación que no fue

En tanto, mediante un escrito y en el mitin de Morena realizado el fin de semana pasado en el zócalo de la cabecera jurisdiccional, el médico José Camacho Sánchez, encargado de epidemiología del nosocomio de la Secretaría de Salud del estado  dio a conocer que lejos de ampliarse los servicios con la reciente remodelación, disminuyó el número de camas disponible al desaparecer “sin explicaciones” la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.

El Hospital, denominado de segundo nivel, dejó de tener 30 camas y ahora sólo hay 27, lo que representa que hay una disponible por cada 10 mil 651 habitantes, cuando la Organización Mundial de la Salud establece que debe haber una por cada mil personas que demanden los servicios.

A esto hay que agregarle que hay un médico por cada 6 mil 390 habitantes, cuando debería haber uno por cada mil; lo mismo sucede con las enfermeras pues hay 84 que tienen bajo su responsabilidad a 3 mil 423 cuando el indicador de la OMS dispone una profesional por cada 500 habitantes, explicó.

“Si antes de la remodelación el hospital era insuficiente ahora es completamente inservible y va a ser muy difícil que funcione con todas las medidas de seguridad que requiere para la atención de pacientes. Es urgente y necesario construir un hospital de 120 camas. Lo digo, aunque mañana me corran”, advirtió el galeno.

Lo único que realmente ampliaron, dijo, fue la sala de espera en urgencias a la que le pusieron asientos nuevos, no obstante que se dijo que en los trabajos de remodelación y equipamiento iniciados en abril pasado se iban a invertir casi 30 millones de pesos: 17 millones 327 mil pesos del gobierno del estado, 5 millones de pesos del municipio de Huauchinango y 800 mil pesos del de Ahuazotepec. El equipamiento requirió una erogación de 6 millones 583 mil pesos.

El Hospital, precisó Camacho Sánchez, requiere además de una unidad de terapia intensiva, recuperar la de Cuidados Intensivos Neonatales, un área de Tomografía, ampliar el laboratorio para microbiología, un auditorio y un albergue para las mujeres embarazadas que llegan de las comunidades.

Además completar la plantilla de personal con seis ginecólogos, cinco neonatólogos, dos pediatras, cuatro anestesiólogos, cinco intensivistas, tres neurólogos, tres internistas, cuatro traumatólogos, dos cirujanos, dos urgenciólogos, 56 enfermeras, cuatro ultrasonografistas, cuatro trabajadoras sociales, cinco laboratoristas, cinco camilleros y 20 administrativos.