• Tecamachalco

Sincretismo religioso del convento franciscano de Tecamachalco

Cuenta con un estilo barroco, usual de las órdenes franciscanas que llegaron a evangelizar Puebla, Tlaxcala y Oaxaca.

Tecamachalco, Pue.- La historia de la ciudad se remonta a los años dorados de la cultura popoloca, donde se  funda en 1522 la primera  zona evangelizadora de los Frailes Franciscanos, dentro de los anales de la historia de una cultura que presumiblemente cuenta con 8 mil años de historia, los precedentes aún no se han documentado, debido a que en la principal ciudad Fundada de Santo Nombre en Tlacotepec, apenas los estudiosos comienzan a descubrir la importancia de “Los Cara de Humo” (popolocas).

Hay mucho que documentar de la cultura popoloca. En San Simón Yehualtepec yacen los restos de una ciudad llamada Tecamachalco el Viejo, que fue erigida en las alturas de los cerros de la población, sin embargo la ciudad de Santo Nombre cuenta con una superficie tres veces superior a Tehuacán. 

El viejo deja una incógnita constante sobre la decisión de los Frailes Franciscanos. Fundan el convento en la entrada al señorío, que se presume es de gran importancia en la historia de Mesoamérica.

El convento franciscano de Tecamachalco cuenta con un estilo barroco,   usual de las órdenes franciscanas que llegaron a  evangelizar, principalmente en Puebla, Tlaxcala y Oaxaca, donde las características inusuales del Arte Sacro y Arquitectónico. 

En el caso de esta ciudad dieron relevancia cultural a las pinturas de Juan Gerson, tlacuilo considerado como el ícono del arte sacro que conjuga los estilos italianos y flamencos, que para su época precolombina, contaba con técnicas avanzadas en la elaboración de pinturas en papel amate y uso de tintas europeas.

Fray Francisco de las Navas, arriba a la ciudad de Tecamachalco en 1541 y es testigo de la obra maestra de Juan Jerson, ya que cuenta con 28 pasajes del nuevo y antiguo testamento, donde  destaca el Apocalipsis y los cuatro jinetes del apocalipsis, pasajes que le dan una fuerte identidad y rumbo a la mezcla de creencias popolocas y cristianas.

Juan Gerson, pasa a formar parte de los primeros cuadros culturales de Tecamachalco, que aún prevalecen hasta nuestros días. Los viajeros que han investigado su itinerario, buscan el Sotocoro que se encuentra en el milenario inmueble del convento, comprueban la  conceptualización de la religión católica en la interpretación del nuevo y viejo testamento, donde el artista, mezcla las características raciales de sus descendientes en la doctrina religiosa.

El Sotocoro, fue elaborado en papel amate, cuenta con unas dimensiones de 9.20 por 13.50 metros, de acuerdo con los archivos se revela que pudo haber sido iniciado en 1557 y  concluido en 1562, en el día  19 de Agosto.

Juan Gerson, es una referencia obligada dentro de los estudiosos de la cultura popoloca, ya que es una obra sui génris que le ha dado la vuelta al mundo y la valoración de la aportación a la evangelización de los naturales que evangelizó Fray Juan de Rivas, quien fue el principal gestor de los conventos de Tecamachalco, Acatzingo, Tepeaca y Cuautinchan.

Los conventos franciscanos son los íconos que hacen únicos los monasterios que se encuentran rodeados de arte sacro, joyas que hacen   excepcionales a los pueblos que poseen y tienen un atractivo turístico, principalmente buscado por los viajeros del extranjeros y nacionales; cada paso que dan en las zonas, no pierden detalles que son monótonos para los pobladores, pero únicos para los visitantes.

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