Tehuacán, Pue.- El Director del programa Agua Para Siempre Raúl Hernández Garciadiego, declaró que Puebla y Veracruz se encuentran en riesgo de contaminación por maíz transgénico y glifosatos, debido a los robos de las cargas de ese grano que son distribuidas por los delincuentes, quienes desconocen el material genético que contiene ese producto y las afectaciones severas a la salud que representa.

El maíz que es importado de Estados Unidos para la alimentación de la industria avícola y porcícola que ha sido robado de vagones de las líneas férreas y distribuido a granel o en costales de manera ilícita, podría contener características que lo hacen nocivo a la salud de las personas si se consume de manera directa sin ningún tipo de tratamiento.

“La persona que encuentra granos de maíz a un lado de las vías del ferrocarril puede observarlo y no encontrará alteraciones, sin embargo en la composición genética es donde hay la alteración a las proteínas y en otras partes donde se fue modificada la planta, estos cambios solo pueden detectarse con maquinaria de análisis especial, la cual no está disponible en esta zona y solo mediante esos mecanismos se puede conocer su composición”, subrayó.

Indicó que en los tribunales han ganado 26 amparos que impiden legalmente la siembra de maíz transgénico dentro del territorio nacional como lo indica la Ley de Bioseguridad para nuestro país y a pesar de recursos de inconformidad y recurrir a medidas constitucionales está detenida la distribución legal de esos granos.

“Hay lugares donde se ha registrado la aparición de ese tipo de sepas las cuales podrían poner en riesgo la biodiversidad de las especies nativas mexicanas, que han creado resistencia y se han adecuado al suelo de nuestro país”, puntualizó.

Los casos donde sospechan la aparición son resultado de análisis, por lo que  se pide la intervención de la autoridad para que de fe de la presencia del grano alterado genéticamente y que sirva de precedente para ingresarlo a los juicios vigentes.

Expresó que en análisis a ratones de laboratorio que fueron alimentados con granos transgénicos detectaron a los 4 meses la aparición de tumores y otras patologías a lo largo de su vida que es de 2 años, situación que podría ser similar en los humanos.