San Andrés Cholula, Pue.- Campesinos de la inspectoría Emiliano Zapata de San Andrés Cholula solicitaron al gobernador electo, Antonio Gali Fayad, cumplir con las compensaciones pendientes a los afectados de hace 23 años por la creación de la zona comercial y habitacional Angelópolis.

Hasta el momento, siguen sin entregar pies de casa y apoyos para crear una microempresa para 151 ex posesionarios de ejidos que fueron expropiados por el gobierno de Manuel Bartlett Díaz, como parte del Programa de Desarrollo Regional Angelópolis, manifestó el comisariado ejidal, Javier Hernández Román.

Es necesario que el próximo gobierno solucione este asunto aplazado por muchos años porque, al  menos, la mitad de los afectados son de la tercera edad y necesitan ayuda para sobrevivir.

“Desde hace cuatro sexenios solo hemos recibido promesas, pero confiamos que el próximo gobernador, Antonio Gali Fayad muestre otra actitud hacia nosotros”, externó.

Explicó que sus compañeros mantuvieron dialogo abierto con las autoridades estatales durante los periodos de Manuel Bartlett Díaz, Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres.

Sin embargo, interrumpieron sus demandas y mantuvieron un perfil bajo durante la gestión de Rafael Moreno Valle Rosas al observar el trato que recibieron en este sexenio las agrupaciones sociales.

Hernández Román comentó que el ejido de Emiliano Zapata fue creado por decreto presidencial en 1938 cuando los vecinos recibieron 796 hectáreas para trabajarlas en calidad de tierra comunal.

Durante 50 años, los 151 ejidatarios sostuvieron a sus familias de diversas actividades agropecuarias, hasta que el gobierno estatal determinó recuperar estas tierras para establecer una reserva territorial que posteriormente se convirtió en la zona residencial y comercial Angelópolis.

El comisariado ejidal recordó que sus compañeros comenzaron a recibir sus indemnizaciones después de realizar manifestaciones que, en ocasiones terminaron en dialogo, pero otras en represión.

Como resultado de las negociaciones, acordaron indemnizaciones menores a los costos reales de los terrenos que tenían en posesión, y siempre quedaron pendientes otros beneficios que compensarían sus pérdidas, como pies de casa, así como asesoría y recursos para la creación de pequeñas empresas que en estos momentos podrían ayudar mucho a la economía familiar de los afectados, concluyó.