Huauchinango, Pue.- A más de 24 horas del deslave que cobró la vida de una persona y mantiene a dos más en calidad de desaparecidos aún no llega la ayuda de la Dirección de Protección Civil del estado para su rescate, pese a que conoce los hechos desde minutos después del accidente ocurrido en una alcantarilla de la autopista México-Tuxpan, cerca de la comunidad de Patoltecoya.

Un cordón humano formado por policías y vecinos del municipio de Venustiano Carranza, bomberos y elementos de la Dirección de Protección Civil huauchinanguense, se pasan de mano en mano al menos dos decenas de pequeñas cubetas de plástico llenas de un “chocolatoso” lodo que extraen de la laguna que formó el deslizamiento al pie de la ladera en la que está asentada la súper carretera que une al centro del país con el Golfo de México.

Más abajo, maniobrando con las mangueras y dos diminutas bombas de tres caballos de fuerza, Buenaventura Balderas Vargas, el comandante de los apagafuegos de esta demarcación, llena los recipientes con el líquido café-amarillento que sacan de la enorme poza. Las suben con un lazo y empieza –casi como un ritual- el pase de manos de los baldes que, vacíos, dan la vuelta para volverse a colmar.

Parece no tener fondo. Poco puede verse entre el agua turbia y las piedras que cayeron desde el también denominado Corredor Turístico que tardó más de cuatro sexenios en construcción, y por momentos los afanes por encontrar a los jóvenes trabajadores Aldaír Peralta Pérez, de 20 años y Jesús Antonio Tolentino Cruz de 21, parecen infructuosos.

Los voluntarios y los familiares de los desaparecidos que hacen guardia dentro del predio de la vieja pedrera de Don Tiano Vargas no paran porque creen que bajo la poza podrían estar los muchachos que trabajaban para la empresa RPA en el desazolve de la larga alcantarilla que va de la pista a la carretera federal y llega hasta la presa de Necaxa. Pero la lluvia tampoco ha cesado.

Por la mañana la desesperación empezó a invadirlos. Aunque los vecinos de la colonia Agua Fría, donde viven Aldair y Jesús Antonio, llegaron temprano para ayudar en su búsqueda, no los dejaban entrar. Hay protocolos y medidas de seguridad que deben respetarse, les dijeron, pero “en una situación así ninguna mano sobra”, reclamaron.

Imperturbable, Roberto Pacheco Aparicio, quien ha dicho que es dueño de la empresa RPA, subcontratada por AUNETI e ICA, concesionarias de la autopista, donde laboraban los accidentados, sólo observa los movimientos.  Le pidieron una bomba de 10 caballos de fuerza para vaciar la poza y les dijo que no tiene. Tampoco tiene maquinaria, lámparas, ni más personal para ayudar en la búsqueda, les contestó.

Pasado el mediodía llegó al lugar el alcalde de Venustiano Carranza, Rafael Valencia Ávila, trajo a dos docenas de elementos de la Policía Municipal, al personal de la Dirección de Protección Civil. Trae toldos, cobijas y lazos. Se suman a las tareas. Manda a Poza Rica a traer una bomba que agilice el trabajo manual.

Sigue la lluvia y el riesgo no acaba. “Hay un tapón de lodo en la alcantarilla –que realmente es un tubo corrugado muy largo-. Hay peligro de que pase lo mismo que ayer”, es decir, que caiga otro alud sobre el sitio donde está la gente laborando, advierten.

Cae la noche. Aldaír y Jesús Antonio no aparecen, tampoco la ayuda de Protección Civil del estado. Sus paisanos y familiares continúan buscándolos.