Zacatlán, Pue.- Don Onofre García y su esposa llegaron a Zacatlán en 1900, fecha desde la cual su familia mantiene la tradición de colocar una ofrenda para recordar a aquellos seres queridos que fallecieron.

Tras 116 años de haberse colocado por vez primera un altar en la casa de la familia García, hoy uno de los descendientes, Onofre Galindo Huerta, nos narra cómo es que fue que se convirtió en tradición.

A través de los años las diferentes generaciones de esta familia se han hecho cargo de conservar la tradición de montar un altar en honor de los ya fallecidos, actualmente quien lo organiza es la señora Irene García León, apoyada por sus nietos. Además mantienen una forma muy peculiar para repartir los elementos que integran la ofrenda a la hora de ser retirada.

"A la llegada de don Onofre y doña María como cualquier familia tradicional católica surge la idea de ensamblar una ofrenda, la cual ha ido creciendo con el paso de los años. La ofrenda es montada en una sala donde se exhiben fotografías de los familiares que ya han fallecido", explica.

El altar contiene en su mayoría fruta, platillos típicos de la región como mole poblano, dulce de camote o calabaza, arroz con leche, también le son colocadas veladoras y sahumerios.

"El día 2 de noviembre a la hora de la comida llegan familiares que radican en Zacatlán, Puebla o la Ciudad de México, cada persona lleva consigo una bolsa de plástico la cuál será llenada con los elementos que conforman la ofrenda", comenta.

Aunque cada año este altar tiene algunas modificaciones, la esencia de la tradición permanece en quienes integran la familia, el costo por la elaboración de la ofrenda alcanza hasta los seis mil pesos, no obstante el entusiasmo y participación de los García permanece intacto.