El 28 de agosto de 2025, el Auditorio Nacional fue testigo de una de las presentaciones más esperadas por los fanáticos del rock argentino: los Babasónicos hicieron vibrar a la capital mexicana con su inconfundible estilo y una puesta en escena que no dejó espacio para la indiferencia. La banda liderada por Adrián Dárgelos desató una ola de emociones que recorrió cada rincón del coloso de Reforma, desde su inicio hasta el último acorde.

El show, que agotó todas las entradas, se desarrolló con la energía cruda y la irreverencia característica de los argentinos, quienes se presentaron sin discursos ni largos agradecimientos, sólo con pura explosión sonora. A lo largo de la noche, el público se entregó completamente a los hits que han marcado la carrera de la banda desde sus inicios, entremezclando en sus interpretaciones lo rockero con lo sensual, lo irónico con lo poético.

Desde el primer tema, “Bye Bye”, el público estuvo a la altura del show: cantaron y corearon cada palabra con la misma pasión que sus ídolos. Con letras llenas de desamor y autocompasión, pero cargadas de humor negro, Dárgelos contagió a la audiencia con su presencia en el escenario. “Hazme el amor hasta el amanecer y después bye bye... soy tan romántico como se puede ser”, cantaba el vocalista mientras se abrazaba al micrófono, provocando los primeros gritos de la noche.

A medida que el concierto avanzaba, temas como “Pendejo”, “Soy Rock” y “Ciegos por el Diezmo” arrasaban con la sala, haciendo que la audiencia alternara entre el agitar de cabezas con riffs pesados y el baile sensual al ritmo de algunos de sus acordes más suaves y disco. En todo momento, el desempeño de Diego Uma, guitarrista y percusionista, fue destacado por su entrega en cada tema, acompañando a Dárgelos en el escenario con una vitalidad que parecía no tener límites.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con la interpretación de “El Colmo”, un himno que cumple dos décadas en 2025 y que hizo cantar al público mexicano con nostalgia: “Por eso, canción, llévame lejos... quiero ser el murmullo de alguna ciudad que no sepa quién soy”. La audiencia, alzando los brazos, se unió al tema con fuerza, creando una atmósfera de unidad y reflexión colectiva.

El show continuó con un medley que incluyó “Sin mi Diablo” y “Los Calientes”, los cuales, bajo luces rojas y la vibra característica de la banda, mantuvieron a todos al borde de la locura. “Puesto”, uno de los temas más íntimos de su repertorio, evocó un momento sensual cuando Dárgelos cantó: “Desnudémonos y no hagamos nada más, en silencio. Tus caricias son hermosas”, mientras la audiencia respondía con la misma intensidad.

El clímax del concierto llegó cuando los argentinos tocaron seguidos los emblemáticos temas “Vapi”, “El Loco” y “La Yegua”, cuyas vibraciones provocaron una reacción espontánea del público, que parecía conocer cada letra a la perfección. El cierre, con “Flora y Fauno” y “Irresponsables”, dejó claro que los Babasónicos siguen siendo una de las bandas más influentes y queridas por los mexicanos.

El concierto terminó dejando a los asistentes con ganas de más, con un público que aplaudió de pie y clamó por canciones como “Putita”, la cual no fue tocada esa noche, pero que refleja el amor constante que existe entre la banda y sus seguidores mexicanos. Sin duda, el regreso de los Babasónicos a la Ciudad de México fue un recordatorio de su perdurabilidad en el panorama musical latinoamericano.

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