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Con los niños, no. Pero con los hijos, sí

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Los hijos del expresidente representan la derrota moral de su plan político y de gobierno, de sus valores y de sus creencias

Tal y como le dije ayer a Ciro Gómez Leyva en su programa en Radio Fórmula, en esta columna fijaré mi posición sobre el derecho que tengo como periodista a difundir, opinar y reportear sobre los hijos de cualquier político en lo general y del expresidente López Obrador en particular, incluyendo a Jesús Ernesto López Gutiérrez, quien ya es mayor de edad.

Doble Moral

AMLO no sólo quiso ser presidente. Quiso encabezar un movimiento de regeneración nacional, una transformación del país, de sus ciudadanos y de los valores que los mexicanos tenemos y usamos para conducirnos en sociedad. Hasta nos dijo cómo debíamos vivir, reglas que incluían: un gobierno franciscanamente pobre, mexicanos con un par de zapatos, sin aspiraciones, comiendo en puestos de antojitos y tomando café de olla. Además, repitió hasta el cansancio que no debíamos mentir, robar ni traicionar, pero tampoco debíamos vapear, comer comida chatarra, ser frívolos, materialistas, aspiracionistas, clasistas ni racistas.

Ahora bien, ¿lo anterior era una descalificación a la manera de vivir de sus adversarios, los neoliberales, o pura demagogia? La respuesta es que él o el buen juez, por su casa empieza, y sus hijos nos dejan día a día muy en claro, que fue pura demagogia.

Que su video en plena campaña de 2024, en el que salen los tres grandes y Jesús Ernesto, donde nos decían que ellos querían seguir andando en Metro, tomar café en la misma cafetería, que no se meterían en la política ni harían negocios, porque eran diferentes, envejeció muy mal.

La prensa y los hijos de líderes políticos

Una familia presidencial sabe que estará en el centro de la conversación y será materia de escrutinio constante. Como jefe de Estado, el presidente y su familia son un ejemplo, quieran o no, una proyección al mundo de lo que, como país, buscamos, aspiramos y queremos ser.

Por eso siempre es leído y, sí, juzgado, el comportamiento de los hijos de los líderes políticos. Desde la educación y servicio militar del príncipe Guillermo; la elección de la pareja de su hermano Enrique; el crecimiento y formación de la princesa Leonor de España; las reacciones de la hija de Bill Clinton, y las hijas de Obama.

Dime con quién te llevas y te diré quién eres

Los dichos son sabiduría, y los hoy cuatroteros ya se olvidaron de cómo ellos hicieron del escarnio público de los hijos de los expresidentes su deporte favorito.

Con los hijos, no. Cuando son menores de edad, claro que no. Pero cuando son mayores de edad, el juego cambia y, si en su casa no se los explican y no los educan, la responsabilidad no es de la prensa.

Los ataques a los hijos

La 4T, sin embargo, ve a los hijos no como reflejo de los padres, sino como puntos débiles del enemigo.

Por eso difundió, pero con absoluta malicia y mala leche, un video del hijo de Xóchitl cuando el joven tomaba; por eso ataca y denuesta a la hija del Teacher López-Dóriga (recomiendo sus conversaciones padre e hija); y por eso, cada vez que pueden atacan a Emiliano Salinas e incluso a su hermano, a quien le dicen El Charro y lo metieron a la denuncia falsa de Lozoya. Con los hijos de Calderón no se tocaron el alma y con los de Peña fueron inclementes. O como cuando La Gaviota comió en París con sus hijas y armaron tremendo escándalo. La prepotencia de la hija de Humberto Benítez, tras amenazar con cerrar un restaurante, le costó la chamba a su papá en Profeco. Destrozaron de la misma manera al hijo de Luis Miranda tras agarrarse a golpes en Arcos.

Jesús Ernesto es importante

Me mandaron una foto de Jesús Ernesto comiendo en el Hunan de Las Lomas, restaurante cero barato, luego entonces ¿cómo pagó?, ¿pagó con los 200 pesos que traía su papá en la cartera? Pues AMLO siempre nos presumió que no tiene cuenta bancaria ni tarjeta de crédito. ¿O será que lo mantienen sus hermanos?

¿Les molestó que le dijera Chocoflan? Les doy una primicia: así le dice todo el país. Ya que, siendo su padre presidente, decidió pintarse de rubio el pelo y vestir siempre de negro. A este joven se le ha visto con botellas de champaña, en yates, antros, con mujeres, rapeando en la Casa Gris en Houston, propiedad de un contratista de Pemex. Las aficiones de este joven no son las de un joven mayor de edad promedio, sino de un junior; vamos, de un mirrey.

La derrota moral de Andrés Manuel

Aquí lo que enojó fue el espejo. Los hijos del expresidente representan la derrota moral de su plan político y de gobierno, de sus valores y de sus creencias.

Los mismos que dijeron en el video de la campaña de 2017 que no robarían, que no harían negocios, que seguirían en Metro y en los mismos cafecitos como hasta aquellas épocas. Hoy uno exige que no le digamos Andy, para explotarle el nombre de su papá, pero sin arremangarse las mangas ni caminar por el país. Otro mantenido, empleado del dueño de Vidanta y, como dijo el suegro de su esposa, “parece que la señora tiene dinero”. El otro, de negocio en negocio; y el más joven, pero ya mayor de edad, viviendo la vida loca, sintiéndose y comportándose como junior. No son iguales. Son peores.

Leído lo anterior, ¿quién es el derrotado moralmente?

Ninguno de sus cuatro hijos siguió su ejemplo o, mejor dicho, sus quesque austeros ideales.

Y en vez de reprender y educar, hay que romper el espejo. Taparlo. Callarlo al atacar lo que más le duela. No lo lograron. No les voy a dar el gusto de repetir los ataques a mi hija. Mi atención está en mi trabajo, en mis notas. Sí, en plural, porque la foto de Jesús Ernesto es nota y me llevó por fin a ver el corazón del monstruo de lo que son capaces.

#ConLosNiñosNO, pero Jesús Ernesto es mayor de edad.

La primicia de Jesús Ramírez

(Especial)

Eres periodista”. Esa fue la respuesta de Jesús Ramírez cuando le llamé, reivindicando con su tono y su inflexión de voz el ataque a mi persona y a mi hija. Perfectamente pudo haber dicho “Eres enemigo”. Es sinónimo para él. Al reconocer el ataque, la cuña de López Obrador a la presidenta, reconoció también para quién trabaja. Quién es su prioridad. Quién lo sigue mandando.

Ah, llevo casi 30 años trabajando como periodista, de los cuales 16 fui la periodista más leída de sociales en la sección Club del periódico Reforma. Así pues, he hecho mi trabajo con todos los gobiernos de la misma manera, sin importar el color.

Pero, además, que yo sepa, es la primera vez que reconoce estar detrás de campañas negras digitales para atacar a periodistas. Eso cuesta. ¿O sea, usa el dinero del erario para denostar y perseguir a los periodistas y a sus hijos menores de edad? Este acto lo vistió, una vez más, de cuerpo completo y demostró su bajeza humana.

Emilio Lozoya (Especial)

#CorruptoProtegido van cinco años y seis días sin que Lozoya y su familia enfrenten las consecuencias de sus delitos.

 

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Columna Sobremesa de Lourdes Mendoza en El Financiero

Foto El Financiero

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