El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reveló que en 2024 el tratamiento de enfermedades crónicas y tres tipos de cáncer representaron un fuerte golpe a sus finanzas, lo que prende los focos rojos sobre la sostenibilidad del sistema de salud.

Según el informe entregado a la Comisión Permanente del Congreso, el costo acumulado de atender el cáncer de mama, próstata y cérvico uterino alcanzó 101 mil millones de pesos, equivalente al 19.4 % de los ingresos del ramo de Seguro de Enfermedades y Maternidad (SEM). Por su parte, la atención de la diabetes, hipertensión e insuficiencia renal representó 61 700 millones de pesos, concentrando el 78.8 % del gasto ambulatorio y el 21.2 % del gasto hospitalario.

Una tendencia al alza con alto costo

Estos números reflejan una crisis silenciosa: la epidemia de enfermedades no transmisibles sigue creciendo. Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) señalan que la prevalencia de diabetes en adultos subió del 14 % en 2006 al 18 % en 2022, y México es el segundo país con más obesidad en adultos y el primero en obesidad infantil.

¿Cómo enfrenta esto el IMSS?

El documento advierte que la saturación puede agravarse si no se apuesta por la atención primaria. El IMSS insiste en impulsar estrategias sostenibles que alivien el sistema y refuercen la prevención. En este sentido, se han desplegado los llamados Protocolos de Atención Integral (PAI) en más de mil unidades de medicina familiar y hospitales. También, programas como PrevenIMSS promueven hábitos saludables desde edades tempranas para reducir el riesgo de complicaciones crónicas.

A nivel federal, se impulsa un plan que incluye digitalización, médicos en zonas rurales, vacunas, y la reapertura de quirófanos cerrados en comunidades marginadas. Además, se fortalece el esquema de IMSS‑Bienestar, enfocado en personas sin seguridad social.

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foto cortesía 

xmh