Nuevo Laredo, Tam. - Mientras en varias regiones del país las lluvias comienzan a hacerse presentes, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, la sequía sigue cobrando factura. El nivel del Río Bravo, fuente vital para el abasto de agua en la ciudad, ha descendido a apenas 27 centímetros de profundidad, una situación alarmante que ya está generando problemas en el suministro doméstico.

De acuerdo con la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (COMAPA) de Nuevo Laredo, el bajo nivel del río está afectando directamente la capacidad de bombeo en la Planta Centro, una de las principales fuentes de distribución para la población. La eficiencia de las bombas se reduce drásticamente debido a la poca profundidad, lo que puede provocar la entrada de aire al sistema y dañar los equipos.

La consecuencia inmediata es la disminución en la presión del agua en varias zonas de la ciudad, especialmente en las más alejadas o de mayor altitud. “Estamos equilibrando el volumen de entrada y salida de agua para evitar daños mayores, pero eso implica afectaciones en el servicio”, explicó el organismo a través de redes sociales.

A pesar de las lluvias registradas en otros estados, el norte de Tamaulipas no ha recibido suficiente precipitación como para recuperar los niveles normales del Río Bravo. El estiaje prolongado, sumado a las altas temperaturas que han superado los 40 grados en días recientes, ha intensificado el problema.

El llamado de las autoridades locales es claro: extremar el cuidado del agua. Se pide a la ciudadanía evitar desperdicios, reparar fugas domésticas, reutilizar agua siempre que sea posible y abstenerse de actividades no esenciales que impliquen un alto consumo, como el lavado de autos o el riego de jardines.

La situación del Río Bravo no es un caso aislado. Diversos cuerpos de agua en el país enfrentan niveles históricamente bajos, situación que el Servicio Meteorológico Nacional ya ha catalogado como una de las peores sequías en décadas. Según datos oficiales, más del 60% del territorio nacional presenta algún grado de sequía en este momento, y el cambio climático ha intensificado estos ciclos en regiones que antes no eran tan afectadas.

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