- Huauchinango
Habitantes se niegan a olvidar a 2 desaparecidos por Earl en Huauchinango
Huauchinango, Pue.- Luego de cinco días de trabajo, una veintena de rescatistas profesionales puso fin a la búsqueda de dos personas reportadas como desaparecidas en el camino a la comunidad de Cuacuila en Huauchinango, sin embargo sus familiares y vecinos continuarán la exploración “hasta encontrarlos”.
Vecinos de la calle Nigromante –una de las zonas con notificación de riesgo y necesidad de evacuación- constituyeron una brigada de 30 personas, que se sumó a los rescatistas para revisar la zona siniestrada hasta hallar a Joaquín e Itzel Lazcano Leyva, la mamá de Alicia, la niña de dos años rescatada unas horas después de la tormenta.
Hace unos días, cerca de la compuerta de la presa de Tenango, ubicada en Acatlán, encontraron el cadáver de Agustín Alejandro Ramírez Lazcano, hermano de “Lichita”, pero este jueves los brigadistas les notificaron que hoy darían por terminado su trabajo, porque ya habían recorrido toda el área donde podrían estar los desparecidos: desde el camino y el río de Cuacuila, hasta la zona de las presas en las que desemboca el afluente, sin tener resultados.
No obstante los colonos de La Cumbre indicaron que por su cuenta y riesgo seguirán buscando a sus dos vecinos y que están siendo coordinados por Don Cornelio Lazcano Montiel, padre de los dos jóvenes y, de acuerdo con declaraciones del presidente municipal Gabriel Alvarado Lorenzo, personal de Protección Civil del Estado se sumará a estas labores.
“En estos días se movieron piedras, lodo, árboles, cascajo de algunas viviendas derrumbadas. Se peinó la zona -explicaron los vecinos-, pero seguiremos porque no los vamos a dejar ahí”.
Cuentan que desde el lunes pasado llegaron vehículos oficiales a vocear para que desalojaran sus casas.
Son unas 200 personas las que viven en el lado sur de la calle Nigromante en el cerro de La Cumbre, uno de los primeros asentamientos poblacionales de Huauchinango –data de la época prehispánica, según el historiador Guillermo Garrido Cruz.
Algunos sacaron lo que pudieron de sus pertenencias y se fueron con familiares o a los albergues, pero van y vienen; otros más permanecen en el sitio.
Don Cornelio –el padre de los dos desaparecidos-, se dedica a vender vidrios en la calle Matamoros en el centro de Huauchinango, en septiembre cumplirá 65 años, él es otro sobreviviente de la tormenta tropical Earl luego de que alrededor de las 10 de la noche del sábado avanzaba rumbo a su domicilio por el Camino a Cuacuila, al pie de la barranca.
Una parte de la ladera se deslizó, junto con árboles, tierra y rocas. Tapó el camino y algunas viviendas, también a don Cornelio y a sus acompañantes: su nieta Alicia de dos años, su nieto de 15 años Agustín Alejandro Ramírez Lazcano y sus hijos Joaquín y Lizeth Lazcano Leyva, a los que sigue buscando.
“Escuché como algo tronó en el bordo. Vi cómo caía el lodo, los árboles. Quedamos sepultados, pero mi cabeza quedó afuera de la tierra, podía respirar y busqué cómo salir. Me agarré de unas ramas y salió.
El alud le arrebató a sus familiares y su vivienda, ahora se refugia en su local comercial y se niega a irse a un albergue. “Yo acá pago renta, acá me viene a ver mi hijo y una de mis hermanas de México, ¿a dónde más puedo ir? Me quedé sin nada”.