El primer día del cónclave concluyó sin acuerdo entre los cardenales para elegir al nuevo Papa que sucederá a Francisco. Como lo marca la tradición, de la chimenea colocada en la Capilla Sixtina emergió humo negro, señal inequívoca de que no se alcanzó la mayoría necesaria para designar al nuevo líder de la Iglesia católica.

Un total de 133 cardenales, conocidos también como “príncipes de la Iglesia”, permanecen aislados dentro de la Capilla Sixtina. Antes del inicio de las votaciones, cada uno juró solemnemente mantener en secreto todo lo relacionado con el proceso, así como aceptar con fidelidad las responsabilidades del pontificado en caso de resultar electo por voluntad divina.

El acto de apertura incluyó una ceremonia en la que los cardenales, vestidos con sus hábitos corales de color rojo, realizaron primero un juramento colectivo. Posteriormente, uno por uno se acercaron al altar para reiterar el compromiso de forma individual, colocando su mano sobre el Evangelio como símbolo de su devoción y deber.

Durante el cónclave, el humo que sale por la chimenea de la Capilla Sixtina es la señal más visible para el mundo exterior. El color negro indica que no se ha alcanzado una votación concluyente, mientras que el humo blanco simboliza que un nuevo Papa ha sido elegido y pronto será presentado ante la multitud congregada en la Plaza de San Pedro.

Las votaciones continuarán en los próximos días hasta que alguno de los cardenales logre reunir al menos dos tercios de los votos, requisito indispensable para ser proclamado nuevo pontífice.

¿Quieres mantenerte a tanto de todas las noticias hoy en Puebla? ¡Explora más en nuestro portal ahora mismo!

Foto: Especial

 cdch