“Nuestra joven democracia ha sido asesinada”, dijo el expresidente, el mismo que de un día para otro decidió cambiar a los ministros de la Corte para poner a once a dedo, a su gusto y conveniencia, ¿a quién consultó? ¡A nadie! ¿Y acaso no fue eso una decisión autoritaria? Los quitó y puso a los que quiso. Quería tener a los de la toga negra de su lado. ¿Bajo qué criterios se basó “el supremo” para decidir que ellos, los que él elegía, sí tenían las calificaciones necesarias? Zedillo seleccionó a aliados que le taparían todas las atrocidades, a los que le facilitarían todo camino…

Ahora está indignado y preocupado por el bienestar del país; por lo que se lanzó, representando a la oposición, directo a la yugular de la presidenta; la soberbia le impidió recordar todo lo que sucedió en su sexenio.

Pero le salió el tiro por la culata…

La presidenta Claudia Sheinbaum, respondió con sustento y firmeza. Lo responsabilizó de haber ordenado la represión a movimientos sociales e indígenas, así como la persecución de militantes de izquierda durante su administración.

Dijo la presidenta que el “debate hoy es el autoritarismo, así lo quiso poner la oposición, ¿es autoritario llamar al pueblo a votar por el Poder Judicial? ¿Es autoritario que haya libertad de expresión, que se pueda decir lo uno quiera en cualquier medio?”.

La soberbia circuló por las venas de Zedillo…

En la conferencia del viernes, Sheinbaum presentó un documental en el que se recordó la masacre de Aguas Blancas, Guerrero, perpetrada el 28 de diciembre de 1995, en la que murieron 17 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur; del asesinato de 45 personas de la organización Las Abejas, en Acteal, Chiapas, el 22 de diciembre de 1997. La responsabilidad de los hechos fue dada a conocer 23 años después…

Claudia Sheinbaum dijo que se difundía esa información para que se recordara la época en la que se vivió el verdadero autoritarismo vinculado a la represión. Le refrescó la memoria al indignado expresidente, cachetada con guante guinda…

También presentó Sheinbaum el informe sobre el FOBAPROA y la crisis económica de entonces, para que las nuevas generaciones conozcan lo que ocurrió y puedan hacer la comparativa y ponderen dónde hubo autoritarismo, en dónde hay libertad y democracia.

“Piensen en el bienestar de sus hijos”, dijo Zedillo cuando dio a conocer el FOBAPROA; el expresidente Andrés Manuel lo definió como el “saqueo más grande que haya habido en la historia de México desde la época colonial” y Pablo Gómez en su momento cuestionó enérgico cómo podía ser viable el “proyecto más antipopular”, eso de pasarle al pueblo toda la deuda; una pregunta que Ernesto Zedillo debería contestar.

Los mexicanos no debemos olvidar las represiones, los abusos y el enriquecimiento de los funcionarios, la entrega de bienes de la nación a extranjeros, ni los engaños y la manipulación.

Se anunció un 12 de diciembre… habrá dicho Zedillo que era el idóneo porque todo el populacho estaría con la atención hacia a la virgen, la misma que le hizo el milagro a Juan Diego en el Tepeyac, y a los priistas y millonarios el del FOBAPROA.

“Era mi deber actuar con toda decisión para enfrentar la emergencia, y así se hizo y nunca lo lamentaré”, afirmó Zedillo. No le importó nunca que millones de mexicanos perderían sus casas, todo su patrimonio y algunos hasta la vida porque la desesperación los llevó al suicidio.

“Piensen en el porvenir de sus hijos”, dijo. ¿En los hijos de quién? ¿De los banqueros, funcionarios y empresarios? Seguimos pagando esa deuda…

Ernesto Zedillo Ponce de León se olvidó de todo… altanero y arrogante se descosió, señaló y juzgó a este gobierno, olvidando que tiene una larga cola de acusaciones en su contra, con apéndices que tienen nombre, como el de su esposa Nilda Patricia, el de Jesús Amezcua el entonces líder del cártel de Colima…

¿Le dará tiempo de enrollarla? López Obrador sabía lo que decía, Claudia Sheinbaum tiene carácter, y en su gobierno no hay influyentismo, la disciplina no se relajó, endureció…