Originario de Nopaltepec, Veracruz, Herrera Beltrán fue un militante destacado del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Además de su carrera política, se formó académicamente en instituciones nacionales e internacionales, obteniendo títulos en Derecho, Ciencias Políticas y Derecho Público. Fue también profesor en la UNAM y la Universidad Veracruzana.

 

 

Durante su mandato como gobernador, Herrera Beltrán implementó programas sociales que le ganaron simpatía entre diversos sectores de la población. Sin embargo, su administración también estuvo marcada por críticas debido al crecimiento del poder del crimen organizado en la región, especialmente del Cártel de Los Zetas. Organismos internacionales han señalado su presunta colaboración con grupos criminales, aunque no se han concretado procesos judiciales al respecto. 

 

 

Tras concluir su mandato, fue nombrado cónsul de México en Barcelona en 2015, cargo del que renunció en 2017. Durante su estancia en España, se le vinculó con investigaciones sobre corrupción y nexos con el narcotráfico, aunque las autoridades no presentaron cargos formales en su contra. 

 

Su hijo, Javier Herrera Borunda, expresó en redes sociales: “Hace unas horas, mi padre entró en el sueño de la eternidad. Y vaya que será eterno”. Por su parte, el senador Manuel Velasco lamentó su deceso, calificándolo como “un hombre cabal y figura política excepcional que sirvió a México con pasión”.

 

El legado de Fidel Herrera Beltrán es objeto de diversas interpretaciones. Mientras algunos destacan su labor en programas sociales y su formación académica, otros señalan las controversias y señalamientos que marcaron su carrera política.

 

 

 

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